(360Noticias) Reino Unido anuncia un giro radical en su política de tratamiento para menores por la llamada “disforia de género”. Miles de niños y jóvenes se han visto afectados por la administración de bloqueadores hormonales en casos de cambio de sexo, esta medida confronta la normalización de cambio de sexo de niños y niñas.
La polémica se desató tras el cierre en 2022 de la Clínica Tavistock, el epicentro de los tratamientos de cambio de sexo para menores en todo el país. Tras una investigación exhaustiva, las autoridades de salud británicas concluyeron que durante casi dos décadas se habían administrado tratamientos hormonales y quirúrgicos a menores sin una evaluación adecuada de su necesidad real.
La decisión del NHS marca un punto de inflexión en el enfoque del Reino Unido hacia la disforia de género en la juventud, siguiendo el ejemplo de otros países europeos como Suecia y Finlandia. Ahora, el país prioriza una aproximación más cautelosa en el tratamiento de menores que expresan inconformidad con su cuerpo.
El comunicado emitido por el organismo de salud declara contundentemente: “No hay suficiente evidencia para respaldar la seguridad y eficacia clínica de los bloqueadores de la pubertad para que el tratamiento esté disponible de forma rutinaria en este momento”. Esta medida busca asegurar que la atención médica se base en pruebas sólidas y se oriente hacia el “mejor interés del menor”, limitando la prescripción de estos inhibidores a ensayos de investigación clínica.
El informe encargado a la doctora Hilary Cass reveló graves deficiencias en la Clínica Tavistock, con un preocupante aumento en el número de pacientes derivados, que las autoridades consideraron injustificado y carente de fundamentos médicos sólidos. El número de pacientes pasó de 250 en 2011/2012 a más de 5,000 en 2021/2022, lo que plantea serias dudas sobre las prácticas médicas en la clínica y el manejo de la disforia de género en menores.
