(360Noticias) Un hallazgo estremecedor conmocionó este jueves a la comuna de San Vicente de Tagua Tagua, en la Región de O’Higgins. En el marco de un operativo policial contra el narcotráfico, Carabineros descubrió dos cuerpos en condiciones que evidencian una brutalidad inusitada: uno estaba calcinado y maniatado, mientras que el otro fue encontrado descuartizado.
El operativo se desarrolló en el sector de Pueblo de Indios, como parte de una investigación destinada a incautar drogas, armas y dinero ilícito. Las autoridades también manejaban antecedentes sobre posibles cuerpos enterrados en el lugar, sospechas que lamentablemente se confirmaron.
El fiscal regional de O’Higgins, Aquiles Cubillos, detalló que el primer cuerpo corresponde a una mujer que fue hallada completamente calcinada y con las extremidades atadas. Más tarde, se encontró un segundo cuerpo desmembrado, lo que llevó a ampliar el perímetro de búsqueda ante la posibilidad de que existan más víctimas.
“Tenemos partes de un segundo cuerpo y debemos confirmar si corresponden a una sola persona. No se descarta la existencia de otros cadáveres. Carabineros mantendrá resguardado el sitio del suceso”, indicó Cubillos.
En el operativo se detuvo a nueve personas —chilenos y venezolanos—, presuntamente vinculadas a una red criminal dedicada al narcotráfico y a actividades de extrema violencia. Las autoridades sospechan que los crímenes podrían estar relacionados con ajustes de cuentas dentro de estructuras delictivas vinculadas a la venta y distribución de drogas.
El fiscal Cubillos añadió que se investigan denuncias por presunta desgracia en San Vicente y comunas cercanas, que podrían tener conexión con los cuerpos hallados.
Este caso pone de manifiesto la gravedad del avance del crimen organizado y del narcotráfico en zonas rurales del país, donde el uso de la violencia extrema y los métodos propios de las mafias internacionales comienzan a reproducirse con preocupante frecuencia.
La crueldad de los hechos —calcinamientos, descuartizamientos y entierros clandestinos— marca un salto cualitativo en la brutalidad delictiva en Chile, reflejando la expansión de lógicas criminales propias del narco transnacional, que no solo trafica drogas, sino que también impone el terror como forma de control territorial.
