(360Noticia) El cosmonauta ruso Oleg Kononenko, de 59 años, ha marcado un hito histórico al renovar el récord de permanencia en órbita, según anunció la corporación espacial Roscosmos. Pasadas las 8:30 GMT, Kononenko superó la marca anterior de casi 879 días acumulados en 17 años, que estaba en posesión de su compatriota Guennadi Pádalka desde 2016.
Kononenko, en su quinta misión a bordo de la Estación Espacial Internacional (EEI), se encamina a convertirse en el primer cosmonauta en superar los 1,000 días en el espacio a las 21:00 GMT del 4 de junio próximo. Su dedicación y experiencia en misiones orbitales han sido fundamentales para alcanzar este logro.
La proeza de Kononenko no solo destaca su habilidad como astronauta, sino también la capacidad de la tecnología espacial rusa y el compromiso continuo con la exploración espacial. Su regreso a la Tierra está programado para el 23 de septiembre de 2004, momento en el cual habrá acumulado asombrosos 1,110 días en misiones orbitales.
El récord de permanencia continuada más largo en la historia de la EEI, de 371 días, fue establecido por los cosmonautas rusos Serguéi Prokópiev y Dmitri Petelin, junto con el astronauta estadounidense Francisco Rubio. Su estadía, que originalmente estaba planeada para seis meses menos, se prolongó debido a la despresurización del sistema de enfriamiento de la nave Soyuz MS-22, causada por un micrometeorito. Este incidente los obligó a esperar la siguiente nave disponible para el regreso.
No obstante, el récord absoluto de permanencia continuada en una única misión espacial, de casi 438 días, sigue en manos del cosmonauta ruso Valeri Poliakov. Este logro histórico se produjo a bordo de la estación Mir en 1995, resaltando la durabilidad y fiabilidad de las misiones espaciales rusas.
El éxito de Oleg Kononenko no solo es un tributo a su dedicación y valentía, sino también un testimonio de la destacada trayectoria de la exploración espacial rusa en la historia moderna. Su contribución marca un nuevo hito en la conquista del espacio y deja un legado que inspirará a futuras generaciones de astronautas.
