Misión geopolítica de la izquierda Woke: Balcanización cultural para la balcanización territorial

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Por Jorge Gálvez (Dirigente Soberanista https://soberanista.cl/)

El plan de los globalistas neoliberales para terminar con los Estados-Nación no es simplemente una estrategia política o económica, sino un proyecto multidimensional que busca desintegrar los pilares fundamentales de las sociedades a través de diversos mecanismos, donde la balcanización juega un papel clave. Sin embargo, este proceso de balcanización no se limita al ámbito territorial o geopolítico, sino que comienza mucho antes, en el plano cultural y social, erosionando la cohesión interna de las sociedades. Para lograrlo, se ha implementado una estrategia sofisticada en la cual las divisiones internas se fomentan y se profundizan deliberadamente.

Uno de los elementos centrales de esta estrategia ha sido la creación y promoción, desde los laboratorios del Pentágono y otras agencias de poder global, de los llamados “progresismos” y la “izquierda identitaria Woke.” Estos movimientos, en lugar de promover una visión unitaria de la sociedad o de buscar el bien común, han sido diseñados para atomizar las demandas sociales y fragmentar a la población en una multitud de grupos de interés. Cada uno de estos grupos —sean de género, transgénero, étnicos, sexuales, feministas, etc.— defiende reivindicaciones que, lejos de integrar al conjunto de la sociedad, se centran en objetivos corporativistas y sectoriales.

Esta atomización de las demandas tiene consecuencias profundas para el tejido social, ya que transforma a las diferentes minorías en actores políticos que, más que buscar la justicia social o el bienestar colectivo, compiten por el reconocimiento de sus particularidades. Al priorizar sus intereses específicos por encima de un proyecto común, contribuyen a la fragmentación de la sociedad. Así, se va diluyendo la noción de un proyecto nacional o de clase, y el concepto de meta relato, que ha sido históricamente unificador en las luchas sociales, se desmorona.

La idea de un “meta relato” hace referencia a una narrativa o ideología capaz de cohesionar a grandes sectores de la población bajo una causa común, ya sea la lucha de clases, la liberación nacional, la búsqueda del bienestar colectivo de la izquierda marxista del siglo XX. Este tipo de narrativas han jugado un papel crucial en los movimientos sociales y políticos del siglo XX, tanto en la consolidación de los Estados-Nación como en la construcción de proyectos emancipadores. Sin embargo, en el contexto actual, dichos meta relatos se perciben como obstáculos para el avance de estos nuevos movimientos identitarios, que ven en cualquier unificación de intereses una amenaza a la diversidad que reivindican.

Las consecuencias de esta estrategia son evidentes: cuanto más dividida está la sociedad en grupos con intereses contrapuestos, más fácil resulta debilitar el poder del Estado-Nación y, por ende, imponer proyectos globalistas que no encuentran resistencia unificada. La balcanización cultural precede y facilita la balcanización territorial, debilitando no solo la capacidad del Estado para gobernar, sino también la posibilidad de que las clases trabajadoras y los sectores populares se organicen de manera efectiva para resistir las políticas neoliberales.

En este sentido, las luchas identitarias y sectoriales, aunque legítimas en muchos casos, terminan sirviendo de catalizadores involuntarios para el proyecto neoliberal global. Al fragmentar la sociedad en una serie de luchas micro, se pierde de vista el gran cuadro: la batalla por el control y la soberanía nacional frente a los intereses del capital global. De esta forma, los Estados-Nación se ven cada vez más incapacitados para articular proyectos de desarrollo soberano y se convierten en presas fáciles de las grandes corporaciones y los organismos internacionales que representan los intereses de las élites globales.

Por tanto, para quienes se oponen a este proyecto de desintegración, es fundamental no solo rechazar las políticas neoliberales, sino también proponer una nueva síntesis social que recupere el valor del bien común, el proyecto nacional y la unidad de clase como herramientas para enfrentar este proceso de balcanización. Solo a través de la rearticulación de un proyecto común de clase, se podrá contrarrestar este avance que amenaza con desmantelar los Estados-Nación y con ello, la capacidad de los pueblos para definir su propio destino.

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