(360Noticias) En las sombras del mundo ilegal, un personaje oscuro emerge como protagonista de una trama que involucra a grandes empresarios, políticos corruptos y prácticas cuestionables de la derecha chilena. Luis Hermosilla, que algunos llaman el “narcoabogado,” ha saltado a la palestra pública al mostrar una disposición extrema, incluso amenazando con incendiar oficinas del Servicio de Impuestos Internos (SII) en defensa de los intereses de sus selectos clientes de la élite política y empresarial.
En una extraña paradoja, Hermosilla, se declaró partidario de la constitución liderada por José Antonio Kast, sorprendió a muchos al defender el reciente “engendro constitucional” en una carta al diario El Mercurio. Irónicamente, justificó su postura argumentando que este marcará el inicio de “un sistema más estricto en cómo se establecen conductas punibles respecto de procesos administrativos sancionatorios.”
El oscuro historial de Hermosilla revela conexiones íntimas con prominentes figuras políticas. Siendo socio y amigo cercano de Andrés Chadwick, no dudó en defenderlo durante el escandaloso asesinato de Camilo Catrillanca. Además, su participación en la defensa de la red de pedofilia liderada por Spiniak y su papel como asesor del gobierno de Piñera, han levantado interrogantes sobre la ética y moralidad de sus actuaciones legales.
Hermosilla también ha extendido su paraguas legal para proteger a individuos con antecedentes criminales, como el caso de John O’Reilly, acusado de violaciones y crímenes atroces. Su defensa inquebrantable de estos personajes ha desatado críticas y cuestionamientos sobre sus valores y principios éticos como abogado.
El escándalo más reciente que involucra a Hermosilla se centra en su participación en casos vinculados al SII y la Comisión para el Mercado Financiero (CMF). Los conflictos de interés son evidentes, ya que Hermosilla mantiene estrechas relaciones personales con Andrés Chadwick, quien, a su vez, es amigo del fiscal nacional Ángel Valencia.
La conexión entre Hermosilla, Chadwick y Valencia plantea serias dudas sobre la imparcialidad en el caso SII y la posibilidad de influencias indebidas en el sistema judicial. En este contexto, voces críticas sugieren la necesidad urgente de remover al fiscal nacional Ángel Valencia para garantizar una investigación transparente y exhaustiva de uno de los peores casos de corrupción en la historia del país.