(El Zoom) “¿Habrá una gran guerra en Eurasia que nadie quiere excepto la élite financiera que está en el poder en Estados Unidos y que se esfuerza por mantener su hegemonía global a toda costa? Lo sabremos pronto”, así opinan los economistas rusos Serguéi Gláziev y Dmitri Mitiáyev.(https://globalaffairs.ru/articles/peremeny-kotoryh-ne-bylo-sto-let/)
Según ellos, vivimos en una época de cambio del orden mundial, un proceso objetivo que comenzó con la desintegración de la URSS y ahora está concluyendo con el colapso de la pax americana.
Las élites financieras de EE. UU., sabiendo que este cambio es inminente e irreversible, así como el derrumbe del sistema financiero global basado en el dólar estadounidense; buscan a toda costa preservar su hegemonía.
Hace un siglo, en el contexto del desarrollo adelantado de Rusia y Alemania, las élites del Reino Unido, con el fin de preservar su hegemonía, organizaron la Primera Guerra Mundial y después —junto con EE. UU.— la Segunda Guerra Mundial.
Hoy las élites estadounidenses, al haber perdido la guerra comercial que ellos mismos habían iniciado contra China, han librado una guerra híbrida global. Y a medida que su situación económica va empeorando, los estadounidenses suben cada vez más las apuestas.
EE. UU. se lo juega todo al atacar a Rusia y China, destruyendo, de paso, la economía de Europa, su principal aliado-rival geoeconómico. La prisa con la que sus élites actúan se debe al hecho de que la burbuja (creada tras una revolución financiera neoliberal en los años 90 y exacerbada por un aumento desmesurado de la masa monetaria de los últimos 14 años) hoy está explotando.
Las élites que actualmente dirigen EE. UU. ven como solución la aceleración del colapso y la gestión de la catástrofe, con lo que piensan salir de la crisis a expensas de una Eurasia totalmente derrotada. Incluida Rusia, la UE, China, la India y otros países del continente. Para que la fiesta continúe quieren voltear la mesa tras canjear su ventaja que tenían en el sistema comercial y financiero global por el caos en el territorio de su contrincante.
Pero igual que el Reino Unido, que habiendo causado un enorme daño a la humanidad acabó perdiendo su imperio colonial, EE. UU. tampoco será capaz de preservar su hegemonía global.
“Ahora la tarea de Rusia, China y todos los países que tienen buena voluntad es hacer parar la guerra híbrida global poniendo a los países occidentales bajo la amenaza de daños inaceptables para garantizar el desmantelamiento controlado del orden mundial obsoleto y la creación de uno nuevo más eficiente y justo”, concluyen los expertos.