(360Noticias) El pasado domingo 9 de junio, Arabia Saudita tomó una decisión histórica al no renovar su acuerdo de petrodólares con Estados Unidos, que había estado vigente durante cinco décadas. Este acuerdo, firmado originalmente el 8 de junio de 1974, fue un pilar fundamental de la influencia económica global de Estados Unidos. Estableció comisiones conjuntas para la cooperación económica y las necesidades militares de Arabia Saudita, con el objetivo de fomentar la producción de petróleo saudí y fortalecer los lazos económicos con los países árabes.
La decisión de Arabia Saudita marca un cambio significativo en la dinámica del comercio energético global. A partir de ahora, el reino venderá petróleo en múltiples monedas, incluyendo el RMB chino, Euros, Yen y Yuan, desafiando así la prolongada dominancia del dólar estadounidense en el mercado petrolero. Esta medida también subraya los crecientes lazos económicos de Arabia Saudita con potencias como China, Rusia ylos BRICS.
El acuerdo de petrodólares de 1974 no solo facilitó una relación estrecha entre Arabia Saudita y Estados Unidos, sino que también consolidó la posición del dólar como la moneda de referencia en el comercio de petróleo a nivel mundial. Este sistema obligaba a los países compradores de petróleo a mantener reservas significativas de dólares, fortaleciendo la demanda y el valor de la moneda estadounidense.
Sin embargo, la reciente decisión de Arabia Saudita podría debilitar la posición global del dólar estadounidense, iniciando una nueva era de influencia económica para los mercados emergentes. La diversificación de monedas en las transacciones petroleras no solo reduce la dependencia del dólar, sino que también refleja un cambio estratégico en la política económica y comercial de Arabia Saudita.
Los analistas sugieren que esta medida es un reflejo de la búsqueda de Arabia Saudita por equilibrar su dependencia económica de Occidente con sus crecientes relaciones comerciales y de inversión con Oriente. China, en particular, se ha convertido en un socio económico clave para el reino, y la inclusión del RMB chino en las transacciones petroleras fortalece aún más estos lazos.
En el contexto global, este cambio puede tener implicaciones profundas. La diversificación de las monedas utilizadas en el comercio de petróleo podría estimular a otros países productores y consumidores a seguir el ejemplo de Arabia Saudita, erosionando aún más la hegemonía del dólar. Además, esta decisión podría fomentar una mayor colaboración económica entre los países emergentes, redistribuyendo el poder económico a nivel global.