Vox inicia la creación de un frente ultraderechista latinoamericano meses después de viajar a EEUU

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Pascual Serrano

(Sputnik) A Vox le han hecho un encargo los halcones republicanos estadounidenses más reaccionarios y belicosos. Deben crear un frente ultraderechista para conspirar y derrocar a todo gobierno de izquierda que aparezca en América Latina. Todo empezó cuando los de Vox viajan a EEUU, después crean la Fundación Disenso, la Carta de Madrid y el Foro de Madrid.Para la mayoría de los españoles y latinoamericanos, Vox es tan solo el partido de la ultraderecha española, sin embargo, parece que es algo más, ya que han encargado a sus dirigentes que organicen a la extrema derecha de América Latina en un frente coordinado y común.El último capítulo de esta estrategia se acaba de producir en México, donde el líder de Vox, Santiago Abascal, presentó el 3 de septiembre en el Senado su propuesta de alianza, el Foro de Madrid.

Abascal presenta en México el Foro Madrid, la alianza internacional para hacer frente al avance del comunismo en la Iberosferatituló Vox en su web oficial. Allí califican este Foro como “un esfuerzo coordinado entre diferentes actores de ámbitos ideológicos diversos que comparten su determinación para hacer frente a la amenaza que supone el crecimiento del comunismo a ambos lados del Atlántico amparado por el Foro de São Paulo y el Grupo de Puebla”.

Foro de Sao Paulo y Grupo de Puebla

Pero veamos brevemente qué son estas dos últimas organizaciones que quieren confrontar Vox y el Foro de Madrid.

El Foro de Sao Paulo es un foro latinoamericano de partidos y grupos políticos de izquierda, que abarca desde reformistas hasta colectivos políticas de izquierda revolucionaria de América Latina. Tiene su origen en la convocatoria que hicieron Lula y Fidel Castro a partidos, movimientos y organizaciones de izquierda, en julio de 1990, para reflexionar sobre los acontecimientos poscaída del Muro de Berlín y los caminos alternativos y autónomos posibles para la izquierda de América Latina y el Caribe, más allá de las respuestas tradicionales. Ese primer encuentro se dio en la ciudad de São Paulo y reunió a 48 partidos y organizaciones, que representaban diversas experiencias y matrices político-ideológicas de toda la región latinoamericana y caribeña.

En cambio, el Grupo de Puebla se crea en 2019 y no lo integran partidos políticos, sino representantes de la izquierda política latinoamericana. Según declaran es “un espacio de concertación y articulación política, de lideresas y líderes progresistas de diversos países ibero-latinoamericanos, que comparten una mirada común y trabajan para la construcción de caminos y espacios de reflexión, acción, integración y solidaridad e incidencia política en cada una de las instancias donde participan políticamente. Tiene como objetivo analizar los desafíos comunes y trazar iniciativas conjuntas, en pos del desarrollo integral de nuestros pueblos”. Entre sus miembros están los presidentes actuales Luis Arce (Bolivia) y Alberto Fernández (Argentina); los expresidentes Rafael Correa (Ecuador), Lula da Silva y Dilma Rousseff (Brasil), José Mujica (Uruguay), Evo Morales (Bolivia), Fernando Lugo (Paraguay), José Luis Rodríguez Zapatero (España) y Ernesto Samper (Colombia).

Los amigos del PAN

Pero volvamos a México. Allí el anfitrión de Vox fue el senador Julen Rementería, coordinador del grupo parlamentario del Partido de Acción Nacional (PAN) en el Senado, que fue acompañado por diferentes senadores y congresistas tanto del PAN como del PRI, los dos partidos principales de la oposición.

Antes de México, las reuniones para ir conformando el frente ultraderechista se habían producido en otros países latinoamericanos como Perú, Ecuador o Colombia. Pero eso lo veremos más adelante.

Carta de Madrid

La operación de Vox comienza en octubre del 2020 con la preparación de la denominada Carta de Madrid, un manifiesto en el que se afirma que “una parte de la región está secuestrada por regímenes totalitarios de inspiración comunista, apoyados por el narcotráfico y terceros países”. Por supuesto “bajo el paraguas del régimen cubano” y nadie está a salvo de la amenaza:”La amenaza no se circunscribe exclusivamente a los países que sufren el yugo totalitario. El proyecto ideológico y criminal que está subyugando las libertades y derechos de las naciones tiene como objetivo introducirse en otros países y continentes con la finalidad de desestabilizar las democracias liberales y el Estado de Derecho”.

Fundación Disenso

Para este proyecto crearon en julio del 2020 el think tank Fundación Disenso, con sede en la calle Antonio Maura de Madrid, una de las zonas más privilegiadas de la capital, entre el parque del Retiro y el hotel Ritz. La Fundación tiene entre sus patronos al presidente de Vox, Santiago Abascal; a la candidata a la presidencia de la Comunidad de Madrid, Rocío Monasterio, y al eurodiputado Hermann Tertsch. Disenso vendría a ser para Vox y Santiago Abascal algo similar a la Fundación Faes para José María Aznar.Se da la coincidencia que en España, en los años 80 y 90 hubo un colectivo con el nombre de Disenso, que se integraba en la organización neonazi Bases Autónomas, ya disuelta. Una de sus últimas acciones fue en 1994, cuando desplegaron una inmensa bandera de España con el águila del escudo del régimen de Franco a 50 metros de la puerta de entrada del edificio de Filosofía B de la Universidad Complutense.

Pero, ¿cómo empezó todo? Sigamos el orden cronológico.Lo primero que llama la atención en la secuencia entre los viajes de los líderes de Vox a reunirse con los republicanos estadounidenses y la creación de la Fundación Disenso, la preparación de la Carta de Madrid, la recogida de firmas, la formación del Foro de Madrid y las giras por América Latina.

En la Convención de la derecha estadounidense

En 2019, el portavoz parlamentario y responsable de Relaciones Internacionales de Vox, Iván Espinosa de los Monteros, viaja a Estados Unidos, a la Convención de la derecha estadounidense, la Conservative Political Action Conference (CPAC). Allí escucha a Donald Trump, al vicepresidente Mike Pence, a la Asociación Nacional del Rifle y demás representantes de la derecha estadounidense. Espinosa de los Monteros, que ha trabajado en Miami, se reunió con las secretarias de Transportes y de Educación de Estados Unidos, Elaine Chao y Betsy De Vos. Así volvió el portavoz de Vox:

El presidente de Vox, Santiago Abascal, viaja en febrero del siguiente año, 2020, junto Espinosa de los Monteros para visitar diversos think tanks relacionados con el Partido Republicano estadounidense, entre los que figuraron la Heritage Foundation y el International Republican Institute. También aprovechó para asistir a la Convención de la derecha estadounidense, la CPAC de ese año, donde, además de escuchar a Trump, se reunió con el vicepresidente de la asociación y el diputado brasileño Eduardo Bolsonaro, hijo del presidente Jair Bolsonaro. En aquella ocasión también le acompañó el eurodiputado de Vox, Herman Terstch.

Abascal y el mitin fallido en Nueva York

Abascal se entusiasma tanto en esas reuniones que llega a anunciar un acto público en el Centro Español de Queens (Nueva York) donde esperaba un baño de masas de derechistas estadounidenses.

Finalmente el acto fue cancelado. Aunque la versión de Vox era que se anuló “ante las graves amenazas recibidas por grupos de la izquierda radical y para proteger la integridad de los afiliados y simpatizantes”, la realidad es que diversos miembros del centro cultural habían protestado por acoger “un acto de un partido político fascista”.

El amigo Steve Bannon

Entre los diferentes encuentros de Vox y los republicanos de Donald Trump se encuentra la entrevista de Rafael Bardají, exasesor de Aznar y exdirector de política internacional de FAES, con el que fue jefe asesor de estrategia de Donald Trump, Steve Bannon, quien estaba interesado por Vox desde 2018 y vino a España a reunirse con ellos en 2019. Bannon fue el jefe de campaña de Trump en las elecciones de 2016, y su principal ideólogo y estratega para llevarle a la presidencia mediante un discurso populista, racista y plagado de fake news que caracterizó siempre al presidente estadounidense. Un modelo que fue copiado por Bolsonaro en Brasil y por Vox en España. Si Trump adoptó en su campaña el famoso “America first”, Vox diría “primero España”. Si Trump mostraba su xenofobia contra los emigrantes mexicanos y llamaba a construir un muro con México, Vox lo hacía con los emigrantes africanos y proponía un muro en Ceuta y Melilla. Bannon terminó detenido por haberse quedado con un millón de dólares de donaciones destinadas al muro con México, Vox todavía no ha tenido oportunidad.

El amigo Elliott Abrams

Rafael Bardají es miembro del comité ejecutivo de Vox desde 2018 y ejerce de enlace de la formación de extrema derecha española con el Gobierno de Trump gracias a sus contactos con veteranos dirigentes neoconservadores recuperados en la legislatura pasada por el presidente estadounidense. En enero de 2019 se reunió con Elliott Abrams, el hombre nombrado por Trump como enviado especial para la crisis de Venezuela y que tenía el encargo de derrocar a Nicolás Maduro.

Abrams ya tiene experiencia en atacar a Venezuela por todas las vías posibles, formó parte del Gobierno de George Bush como director del Consejo de Seguridad Nacional para democracia, derechos humanos y operaciones internacionales cuando se produjo el golpe de Estado que intentó derrocar a Hugo Chávez el 11 de abril de 2002.Sus anteriores acciones fueron del mismo estilo. Abrams fue condenado en 1991 a dos años de cárcel por el escándalo Irán-Contra, mediante el cual EEUU vendió armas a Irán y utilizó ilegalmente los ingresos para financiar el terrorismo de la contra nicaragüense contra el gobierno electo sandinista. Estados Unidos fue condenado por ello por el Tribunal Internacional de Justicia de la Haya.

Unos años antes, en diciembre de 1981, el batallón de élite del Ejército de El Salvador Atlacatl, apoyado y financiado por EEUU, cometió una masacre en la población de El Mozote y asesinó “deliberada y sistemáticamente” a centenares de civiles, hombres, mujeres y niños, en supuestas labores de contrainsurgencia. El informe de La Comisión de la Verdad de El Salvador de 1993 señaló que en El Mozote se identificaron 500 víctimas, pero “muchas otras no han sido identificadas”. En declaraciones ante el Senado poco después de los hechos, Abrams declaró que las informaciones de centenares de muertos no eran “creíbles” y las calificó de propaganda comunista.Pues bien, esas dos personas, Steve Bannon y Elliott Abrams, son los enlaces de Vox con la política estadounidense, y con los que se han coordinado para su estrategia de crear el frente ultraderechista latinoamericano. Vayamos ahora a esas giras por América Latina de las últimas semanas.

Ecuador, Perú, Colombia, México

En junio de 2021, una delegación de Vox encabezada por el vicepresidente económico, Víctor González, y el eurodiputado Hermann Tertsch, visitó Ecuador para asistir a la toma de posesión del presidente Guillermo Lasso. Allí mantuvieron varias reuniones con miembros del gobierno. También durante un fin de semana de junio, González viajó a Perú para seguir de cerca las elecciones del país. En todos sus encuentros presentaron el Foro de Madrid y recogieron adhesiones al manifiesto.En agosto, el director de la Fundación, Jorge Martín Frías, y Hermann Tertsch, viajaron a Colombia a presentar el Foro de Madrid, donde se reunieron con Álvaro Uribe, quien fuera presidente entre los años 2002 y 2010, y llevase al país a los peores años de represión y violencia paramilitar. Los representantes de Vox le transmitieron su preocupación por la situación política de Colombia y de España por el avance, como no, del comunismo. Lo curioso es que precisamente la situación política de Colombia es bajo un Gobierno de derechas. Tertsch dijo a la prensa de ultraderecha española que su Fundación busca “estrechar alianzas con los demócratas que están combatiendo al narcocomunismo que gobierna en países como Perú, Bolivia o Ecuador”. “Colombia es la joya de la corona y si logran hacerse con ella, la situación será muy alarmante”, advierte. Para el eurodiputado de Vox “Cuba es la cabeza de la serpiente” que se está extendiendo por Iberoamérica. O sea, el imperialismo cubano.

El eurodiputado de Vox también ha sembrado la duda sobre la legitimidad de la victoria de Pedro Castillo en Perú, no puede ser que no ganase su candidata de derechas Keiko Fujimori y tenga que acabar en prisión por corrupción, y ha denunciado que el Gobierno español se apresurara a reconocerlo como presidente.Por último, ahora en México, Abascal ha anunciado que “el Foro Madrid contará con una estructura permanente y un plan de acción anual”. O dicho de otro modo, que hay dinero para rato.

El amigo Bolsonaro y el bueno de Pinochet

Otro de los que con más entusiasmo ha abrazado el Foro de Madrid es Eduardo Bolsonaro, diputado e hijo del presidente brasileño, quien se ha ofrecido para organizar encuentros con la derecha argentina.

Y es que los Bolsonaro no son muy de aceptar la voluntad popular cuando ven que pierden apoyos y ahí está el padre llamando a una insurrección golpista para mantenerse en el poder.Mientras en Chile, Abascal consiguió el apoyo de José Antonio Kast, fundador del ultraderechista Partido Republicano de Chile. Kast es un férreo defensor de la dictadura de Pinochet, ha visitado en prisión y defendido a los exmilitares condenados por crímenes de lesa humanidad. Declaró que si Pinochet estuviera vivo votaría por él. Otro “defensor de la libertad” que se une al Foro de Madrid.

Ledezma, Corina Machado y Zoé Valdés

Otros políticos que apoyan el plan ultraderechista adoptado por Vox tras las reuniones de sus dirigentes con altos cargos del Partido Republicano de Estados Unidos son algunos golpistas venezolanos como Antonio Ledezma. En 2015 la Fiscalía General de Venezuela emitió una orden de detención contra él por rebelión civil y alzamiento militar en un intento de golpe de Estado llamado “La Salida”, que dejó 43 venezolanos muertos. Ledezma aprovechó un beneficio de arresto domiciliario por intervención quirúrgica para fugarse del país. También está María Corina Machado, coordinadora del partido Vente Venezuela, que tiene como propuesta para Venezuela una intervención militar internacional que invada el país y derroque al Gobierno. Y la escritora cubana Zoé Valdés, que publicó en 2020 un libro blanqueando la figura del dictador Fulgencio Batista, su apoyo popular y sus políticas educativas y sanitarias.

En conclusión, los más belicosos e intervencionistas de los gobiernos republicanos estadounidenses le han encargado a los de Vox que se vayan a buscar a los más facinerosos de cada país latinoamericano para montar una banda de camorristas contra los pueblos. A cambio los aceptarán en sus convenciones, les darán algunos cursos de venta de fake news y los citarán en alguna entrevista.

Si les vieran Hernán Cortes y Pizarro

Lo que resulta más curioso a quienes escuchamos todos los días en España el discurso patriotero de Vox es comprobar cómo pueden acabar haciendo de recaderos del trumpismo para combatir a gobiernos de izquierda latinoamericana con el discurso espantaviejas de que viene el comunismo, y algún golpe de Estado si lo anterior no funciona. Si los vieran ahora sus queridos Hernán Cortés, Pizarro o Magallanes. De ensalzar a los colonizadores españoles a terminar como sirvientes del imperio norteamericano.

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