Un nuevo giro en las negociaciones bilaterales entre EE.UU. y Venezuela

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(Misión Verdad) Recientemente y mediante negociaciones secretas entre los gobiernos de Caracas y Washington, se efectuó un canje de detenidos entre ambos países que ha generado gran revuelo por el significado de estos anuncios acorde a diversos ángulos del análisis.

Por parte de Estados Unidos, fueron liberados Franqui Francisco Flores de Freitas y Efraín Antonio Campos Flores, ambos son sobrinos de la Primera Combatiente Cilia Flores. Según autoridades venezolanas, estos ciudadanos venezolanos habían sido secuestrados en Estados Unidos bajo cargos judiciales fabricados como parte de presiones a la familia presidencial.

Por parte de Venezuela, Jorge Toledo, Tomeu Vadell, Alirio Zambrano, José Luis Zambrano y José Pereira, de nacionalidad venezolana y naturalizados estadounidenses. Estos formaban parte de la directiva de CITGO Petroleum Corporation y fueron detenidos en Caracas en 2017 bajo señalamientos de actos lesivos a las finanzas de la industria.

También fueron liberados Matthew Heath detenido por espionaje con fines de sabotaje a la infraestructura petrolera venezolana y Osman Khan, detenido en la frontera colombo-venezolana.

La relevancia del intercambio obedece por la característica que han tomado las negociaciones entre Estados Unidos y Venezuela, luego de distensiones entre ambos países y la visita de delegados norteamericanos a Caracas.

ENTRE MIRAFLORES Y LA CASA BLANCA

El anuncio fue divulgado desde la vocería del Departamento de Estado y del mismo presidente Joe Biden en sus cuentas de redes sociales. Seguidamente y casi en simultáneo, la Cancillería venezolana anunció lo propio, dando cuenta de un mínimo de orquestación entre ambos países para ofrecer cada cual sus explicaciones al caso.

Para los estadounidenses, el canje es resultado de la política del Departamento de Estado de emplear los medios posibles para “traer de vuelta” a sus ciudadanos. En efecto, que los anuncios se hayan efectuado a primer nivel y mediante un detallado argumentario, refiere que el gobierno de Biden sufre presiones desde diversos frentes por su relación con el gobierno venezolano.

Varios políticos, entre ellos el senador republicano Marco Rubio, cuestionaron la decisión de Biden alegando que ello solo fortalece la posición de Venezuela y brinda legitimidad al gobierno venezolano.

Es claro que ante el canje, el gobierno estadounidense intenta obtener rédito político y de la misma manera recibe ataques. La proximidad de las elecciones de medio término nuevamente pone al estado de Florida y a su comunidad de venezolanos y cubanos como un punto de parada inevitable en la disputa electoral.

El anuncio generó sorpresa entre dirigentes antichavistas en Venezuela. Sobre esto, el llamado “gobierno interino” de Juan Guaidó fue el primer atónito, dado que estas negociaciones se hicieron claramente a sus espaldas. En medios fue ampliamente comentada la “inutilidad” e “irrelevancia” del “interinato” y el desarrollo de los eventos deja claro que, en el punto actual, o al menos en este caso, las conversaciones entre Caracas y Washington transcurren sin otros intermediarios venezolanos y sin el mínimo indicio de que Guaidó pueda tener un rol determinante.

Es además sumamente claro que la oposición venezolana no cuenta con ningún elemento clave de presión y fuerza para empujar al chavismo a negociaciones que signifiquen concesiones relevantes. En otras palabras, la facultad de Washington de negociar y ser el único interlocutor clave con Caracas debilita más todavía a la oposición en el país.

Las negociaciones han puesto sobre la mesa el caso del diplomático venezolano Alex Saab, actualmente procesado por la justicia estadounidense. Aunque a Saab se le ha violentado su inmunidad diplomática desde su detención en Cabo Verde, en Estados Unidos el tribunal que lleva su caso está por determinar si cuenta o no con inmunidad diplomática.

La cuestión sobre la inmunidad del diplomático no es un elemento accesorio. Es una cuestión determinante para el destino de Saab, pues su posible liberación no tendría que depender de una clemencia presidencial, ni de alguna medida de sobreseimiento de su caso, cuestiones que en suma consisten en un costo adicional para Biden. Simplemente el tribunal tendría que dar como válidos los soportes sobre las credenciales diplomáticas de Saab y proceder a liberarlo.

Al tomar forma el estilo de estas negociaciones, es evidente que se amplifican las posibilidades para la liberación de Saab, considerando que en Venezuela aún permanecen otros estadounidenses detenidos en el país, como Luke Alexander Denman y Airan Berry, mercenarios detenidos en la invasión llamada Operación Gedeón en 2020.

Recordemos que esta es inherente al desarrollo de los mecanismos de diálogo en México. Saab fue extraditado a Estados Unidos aunque el gobierno venezolano lo designó en su ausencia como miembro de la Mesa de Diálogo. Al producirse la extradición de Cabo Verde en 2021, Washington pateó la mesa y el gobierno venezolano la suspendió.

En consecuencia, el reciente canje abre posibilidades no solo por la negociación bidireccional que existe entre Miraflores y la Casa Blanca, también abre las posibilidades para la creación de nuevas condiciones favorables para trasladar la discusión al instrumento de México.

Es muy probable que el clima de la negociación haya cambiado favorablemente para Venezuela, una vez que fuera capturado en el país el excontratista y prófugo Francis “Fat” Leonard, quien posee información clave de las estructuras corrompidas en el caso más grave de corrupción y tráfico de influencias en la historia de la Armada estadounidense.

Otro factor a considerar es que, en términos comunicacionales, el gobierno estadounidense es el que ha lidiado con el mayor costo, por tener que ceder pese a las mismas narrativas que ayudaron a crear, como la de los “narcosobrinos”.

UNA NEGOCIACIÓN REPLETA DE FACTORES

En el presente sigue siendo evidente que la posición de la Administración Biden con respecto al gobierno venezolano sigue siendo cauta y se detiene en la contraloría de daños.

Esto es comprensible por el escenario electoral propio de la víspera a las elecciones de medio término, elecciones que muy probablemente los demócratas van a perder. Por ello, debe considerarse la posibilidad de que una Cámara de Representantes y un Senado bajo mayoría republicana, puede cambiar seriamente la agenda del gobierno del septuagenario inquilino de La Casa Blanca.

Sin embargo, sobre los estadounidenses y europeos sigue pesando la gran crisis energética que ha sobrevenido desde las medidas coercitivas económicas aplicadas contra Rusia por su Operación Militar Especial en Ucrania desde febrero pasado.

La turbulencia económica, al igual que la guerra, no han remitido, por el contrario se siguen agudizando y hay una avidez por energía que sigue tomando terreno.

Recientemente el presidente Maduro ha declarado que Venezuela sigue ofreciendo su potencial energético a beneficio de Estados Unidos y de Europa, pero el bloqueo a las actividades comerciales del crudo de Venezuela sigue siendo el nudo gordiano. Evidentemente, su lugar en la negociación entre ambos países es el punto clave en varios plazos, pero ha cambiado su relevancia a un nivel superior y de manera favorable a Venezuela dada la crisis energética

Para el economista y presidente de la encuestadora Datanálisis, Luis Vicente León, la negociación que permitió el intercambio de detenidos es una “excelente noticia en términos de oportunidades para consolidar más acuerdos humanitarios, petroleros y políticos en los próximos meses”.

“Considerando que más del 70% de los venezolanos están de acuerdo con las negociaciones entre las partes en conflicto y que los temas privilegiados por la gente son los humanitarios y petroleros, el avance en este sentido fortalece la relación del sector político con la población”, escribió en Twitter.

Michael Penfold, experto en políticas públicas y planificación estratégica del Wilson Center, recalcó que desde marzo existe un canal directo entre Caracas y Washington que “pareciera estar funcionando”.

“Lo que acaba de suceder es probablemente el inicio de un quid-pro-quo que debe seguir con los acuerdos humanitarios y energéticos y muy probablemente negociaciones en Ciudad de México”, sostiene Penfold.

Además valoró que se trata de un proceso de “contexto global y regional que cambió”, en el que “nada es aislado” y “tomará tiempo”, refiere Penfold, en una publicación del medio de derechas Voice of América.

Contra muchos pronósticos y pese a la asimetría adversa que significan las presiones estadounidenses sobre la economía venezolana, el chavismo sigue abriéndose paso negociando con sentido de oportunidad y pragmatismo ganando terreno y amplificando las posibilidades de saldos favorables en eventuales escenarios en el corto plazo.

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