Rechazar en diciembre y crear una nueva fuerza política

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Roberto Ávila Toledo (Abogado de DDHH)

Rechazar en diciembre es la única actitud que cabe si consideramos que la propuesta del comité de expertos, o más bien supuestos expertos, tiene una ilegitimidad de origen. El 82% de los chilenos dijeron que la nueva constitución no se podía redactar con la participación del parlamento, se ha hecho exactamente lo contrario, se ha redactado por encargo del parlamento, por personas que no ha elegido nadie y se está excluyendo al pueblo, a la ciudadanía,  que es el único soberano en estas materias.

A lo anterior cabe agregar que el contenido del proyecto constitucional contiene la consolidación de un régimen antidemocrático, regentado por los partidos políticos de la casta. En efecto, en una democracia el único soberano es el pueblo, conformado por los ciudadanos.

En el proyecto constitucional se establecen cosas como que: se validan las órdenes de partido, es decir; el pueblo elige un parlamentario, pero este, tan pronto esté elegido, ya no debe seguir la voluntad de los ciudadanos, sino que las órdenes de los partidos que le son obligatorias, en la misma dirección de escamotear la voluntad popular se establece que, si un parlamentario renuncia al partido pierde su escaño, es decir; él ya es un empleado del partido no un representante popular. Lo que se debe establecer es que si la ciudadanía no está conforme con la actuación del parlamentario sea esta misma ciudadanía, la que lo eligió, la que pueda revocarlo. Eso es lo democrático, se está produciendo en los contenidos del proyecto constitucional, un resultado que era inexorable, todo esto no es sino una maniobra iniciada en noviembre de 2019, para salvar al modelo neoliberal y crear una institucionalidad aún más antidemocrática que la de Pinochet.

Hoy objetivamente la casta política en su conjunto, que va desde comunistas a republicanos está por mantener el sistema, y dejar a la ciudadanía como un simple adorno, esta pretensión se enfrenta y se confronta con las tradiciones políticas del pueblo chileno, somos hace más de dos siglos un país democrático e independiente.

Se hace evidente que las grandes fuerzas históricas de la izquierda chilena están hoy día en la simple administración del modelo neoliberal, a cambio de lo cual reciben las mieles del poder y los empleos para sus militantes y familiares más cercanos.

La izquierda siempre fue promotora de nuestra independencia nacional en materia de política internacional, pero no solo ella, así incluso el gobierno de derechas de Jorge Alessandri. En Punta del Este en 1962 Chile se opuso la expulsión de Cuba de la Organización de Estados Americanos.  Hoy el actual gobierno pone a nuestro país de furgón de cola de los Estados Unidos de Norteamérica y de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, OTAN, involucrándonos en un conflicto de dimensiones globales y en el cual no tenemos ningún interés nacional comprometido.

A lo anterior hay que agregar que este gobierno promovió y suscribió el TPP 11, que es un atentado contra nuestra independencia nacional, algo que ni siquiera quiso hacer Sebastián Piñera.

Chile tiene un severo problema de Seguridad Ciudadana, pero allí se ha capitulado frente a la derecha y se ha aceptado, se ha promovido y se ha conseguido la instalación de una ley del gatillo fácil.

De otra parte, no hay ninguna política pública que pueda llamarse de izquierda, que no contemple la nacionalización de nuestras riquezas básicas que son el cobre y el litio, este gobierno actúa en el sentido de profundizar la privatización del cobre y el litio, han celebrado con fanfarrias un royalty que es miserable, que en realidad encubre el deber de las transnacionales de pagar impuestos en nuestro país.

Este gobierno y las fuerzas políticas denominadas de izquierda, terminarán de la mano con republicanos apoyando el proyecto constitucional en diciembre.

No se necesita una capacidad excepcional de previsión política, para saber que toda la casta política será derrotada y que eso creará una nueva situación en el país.

Para eso para retomar las demandas históricas de la izquierda chilena, para retomar el enorme reclamo ciudadano de octubre de 2019, se requiere una nueva fuerza política de izquierda, solo ingenuos sin experiencia política y sin conocimiento de nuestra historia, pueden creer que podrán engañar a todo un pueblo en su soberbia. En su narcisismo no procesan que 2 millones y medio de chilenos fueron a votar y lo hicieron nulo o en blanco, la votación más alta del nulo en toda la historia electoral de Chile, el nulo siempre fue marginal, ahora se llegó a 2 millones 200,000.

La izquierda popular, la izquierda auténtica, es la única que está en condiciones de enfrentar política y democráticamente la regresión fascistoide de republicanos, creo que podemos renacionalizar el cobre y el litio, iniciar un proyecto de industrialización en el país, transformar la educación pública en el sentido de que esté en sintonía con el anterior propósito, profundizar la democracia con la revocabilidad de los mandatarios, la iniciativa popular de ley la participación de organizaciones sociales en la institucionalidad y el establecimiento del plebiscito en todos los eventos importantes.

Para todos estos nobles fines, estamos en condiciones de ejercer los mandatos con mucha mayor eficacia, que lo hacen estos neoliberales encubiertos, se debe crear una izquierda que haga síntesis de lo que fue la izquierda en el siglo XX.

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