por Jorge Gálvez (Director de 360 Noticias)
El pasado 16 de agosto desde los Estados Unidos, anunciaron la postulación de María Corina Machado para el Premio Nobel de la Paz 2025. Esta noticia no tardó en generar eco en los sectores más recalcitrantes de la política chilena. Figuras de la derecha y de la ex Concertación, entre ellas el expresidente demócrata cristiano Eduardo Frei Ruiz-Tagle, así como varios excancilleres y exministros, han respaldado la candidatura. Sin embargo, esta propuesta no está exenta de polémica y contradicciones.
La postulación de Machado al Nobel de la Paz representa una falacia evidente y nuevamente un acto de intromisión en los asuntos internos de Venezuela. Su historial está marcado por acciones que contradicen de manera flagrante los principios de paz y reconciliación que el premio simboliza. Lejos de promover la armonía, Machado ha estado vinculada a eventos que fomentaron la violencia, la desestabilización y la intervención extranjera en la región.
Un historial de violencia y desestabilización
- Involucrada en intentos de magnicidio: Machado ha sido acusada de participar en planes de desestabilización en Venezuela, incluyendo un intento de magnicidio contra el presidente Nicolás Maduro. Estos actos ponen en evidencia una agenda política que dista mucho de ser pacífica.
- El golpe de Estado de 2002: Machado estuvo implicada en el conocido “Carmonazo”, el golpe de Estado que derrocó brevemente al presidente Hugo Chávez en abril de 2002. Su apoyo a este acto anticonstitucional demuestra su desprecio por el orden democrático.
- Violencia en 2014: Su participación en el “Plan La Salida“, que buscaba la renuncia de Nicolás Maduro mediante protestas violentas, resultó en la muerte de 43 personas. Estos eventos fueron condenados internacionalmente por su brutalidad.
- Llamados a la intervención extranjera: En 2014, Machado representó a Panamá en la Organización de Estados Americanos (OEA) para pedir la activación del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), un claro llamado a la intervención militar extranjera en su propio país. Este acto, calificado como traición a la patria, evidencia su desprecio por la soberanía de Venezuela.
- Golpe de Estado en Bolivia: Machado también expresó su apoyo al golpe de Estado que derrocó al presidente Evo Morales en 2019, respaldando la imposición de un gobierno de facto que reprimió violentamente a la población.
Contradicciones insalvables
La candidatura de María Corina Machado al Nobel de la Paz no solo carece de mérito, sino que es una afrenta a los valores que el premio representa. Su trayectoria política está plagada de llamados a la violencia y de alianzas con potencias extranjeras que han buscado desestabilizar a Venezuela. Este historial la descalifica moralmente para recibir un premio que honra a quienes trabajan incansablemente por la paz y la reconciliación.
La postulación también evidencia un doble estándar preocupante. Los sectores que promueven su candidatura ignoran deliberadamente sus vínculos con actos violentos y desestabilizadores, mientras critican a los líderes venezolanos que han defendido la soberanía del país frente a la agresión extranjera. Este apoyo es un reflejo de los intereses geopolíticos de la derecha regional, más que de un compromiso genuino con la paz.
Detrás de la candidatura de Machado subyace una agenda de intervencionismo que busca legitimar la agresión contra Venezuela. Su figura ha sido utilizada como instrumento por sectores que promueven el neoliberalismo y la subordinación a potencias extranjeras. En este contexto, la propuesta de su nombre para el Premio Nobel de la Paz es no solo una burla, sino también un insulto a las verdaderas luchas por la paz en el mundo.
