Libertad de Assange: victoria del mundo multipolar y símbolo de la decadencia hegemónica de EEUU

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por Jorge Gálvez (Presidente de la Unión Bicentenaria de los Pueblos UBP-Chile)

Julian Assange, el fundador de WikiLeaks, ha logrado finalmente su libertad de la prisión británica de Belmarsh, un desenlace que refleja no solo su propia lucha, sino también el debilitamiento de la hegemonía de Estados Unidos en el escenario global. Este acontecimiento, que hace solo dos décadas habría sido inimaginable, pone de manifiesto la evolución de un mundo multipolar y el fortalecimiento del Sur Global.

Assange, quien fue encarcelado en Belmarsh en 2019 tras ser expulsado de la Embajada ecuatoriana en Londres, enfrentaba una inminente extradición a Estados Unidos. Washington lo acusa de espionaje y de haber perpetrado la mayor divulgación periodística de información clasificada en la historia del país. Las acusaciones podrían conllevar la pena de muerte o una condena de hasta 175 años de cárcel en territorio estadounidense. No obstante, su liberación y la posibilidad de evitar la extradición subrayan la disminución del poder coercitivo del llamado “sheriff del mundo” los EEUU.

El acuerdo que permitió su liberación, en el cual Assange reconoce parcialmente su culpabilidad en los cargos de espionaje, puede ser visto como un pírrico triunfo para el imperialismo estadounidense. Este resultado no hubiera sido posible sin el deterioro del dominio de EE.UU., marcado por una creciente resistencia global y la consolidación de un mundo multipolar.

La movilización de los pueblos del mundo a favor de Assange ha sido crucial en este proceso. La creciente fuerza del Sur Global y el avance hacia un equilibrio de poder más distribuido han jugado roles fundamentales. En este contexto, la capacidad y autoridad de Estados Unidos para imponer su agenda han disminuido notablemente. La liberación de Assange se convierte así en un símbolo de la decadencia hegemónica estadounidense y de la capacidad de las mayorías globales para desafiar al imperio decadente.

El caso de Julian Assange marca un punto de inflexión en la historia contemporánea. Representa la lucha de un periodista y de los pueblos contra un imperio y la victoria de las voces disidentes en un mundo que rechaza la unipolaridad. La hegemonía de Estados Unidos, que alguna vez fue incuestionable, enfrenta ahora desafíos que redefinen las dinámicas del poder global. La libertad de Assange es, en última instancia, un testimonio del cambio de época que estamos presenciando.

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