Roberto Ávila Toledo (Abogado de DDHH)
La política exterior no es sino la continuación de la política interior. Pero, requiere de un especial cuidado, pues se trata en lo esencial de relaciones con otros Estados soberanos.
Es por esto que la política internacional de los Estados adquiere las formas de la diplomacia. La política exterior del gobierno del presidente Boric es desastrosa.
Pues de una parte va a la deriva sin claridad de propósitos, de otra rompe con los usos y costumbres de la diplomacia y se alinea con Estados Unidos a contrapelo de la opinión de todo el vecindario latinoamericano.
Pareciera ser que la política internacional chilena se busca a propósito conflictos y adversarios.
Ahí ya un largo listado de estropicios: el maltrato al rey de España del cual nuestro presidente salió con un apodo que le acompañará siempre, la vejación al embajador de Israel, él encontrón con el vicepresidente de Estados Unidos, los roces con el gobierno peruano, los dimes y diretes con el gobierno argentino, con el cual debería existir una natural afinidad ideológica.
Nuestra política internacional se ve torpe y sin rumbo, parece auto atribuirse la facultad de dictar cátedra a toda la comunidad internacional, olvidando la pequeña entidad de nuestro país.
Nos entrometemos en conflictos ajenos, como la guerra de Ucrania, el presidente parece olvidar que la Asamblea General de Naciones Unidas es algo distinto a la sede de la FECH de calle Belgrado.
El último viaje del presidente a Brasil a un encuentro de jefes de estado y gobierno, que en su gran mayoría son de izquierda y algunos de ellos muy importantes para nosotros, quedará como un ejemplo de cómo no se hace política internacional.
Brasil es un amigo histórico para Chile en la década del 70 del siglo 19, impidió que Argentina se sumara al pacto militar secreto entre Bolivia y Perú contra Chile.
El año 1978 Brasil fue determinante para que la agresión Argentina en contra de Chile, que tenía como fecha el 23 de diciembre de ese año fuera impedida por la acción directa del presidente de Estados Unidos con una llamada telefónica al dictador Rafael Videla.
Esto es Brasil para nosotros. Independiente de la orientación política del gobierno que esté esa es una amistad que hay que cultivar.
Rompiendo todos los protocolos el presidente Boric salió a desautorizar al dueño de casa, el presidente Lula qué había dicho algo que es difícil discutir. Venezuela está recibiendo una agresión de parte del imperio norteamericano, y que eso explica muchas de sus actuales peripecias y conflictos, que para justificar esa agresión se crea una narrativa mentirosa.
Las palabras del presidente chileno contra el dueño de casa nos alejaron de la inmensa mayoría de los jefes del gobierno de América Latina, nos dejaron aislados con el presidente de Uruguay el ultraderechista y conflictivo señor Lacalle, quedamos bailando con la fea y lo peor, quedamos como testaferros de los norteamericanos, de cuya acción intervencionista conmemoraremos 50 años el próximo 11 de septiembre.
Lo dicho por el presidente fue criticado en toda América Latina, y en las propias filas de la izquierda chilena por personeros conocidos, con trayectoria y con representación social y política.
Opinar sobre lo que no se debe, agraviar a un amigo y abrir un frente interno. para congraciarnos con un país que explícitamente ejecuta su política exterior a partir de la base que ellos no tienen amigos, sino, simplemente intereses comunes, es un error de grandes proporciones, que la política exterior chilena no había cometido nunca, en nuestros más de dos siglos de vida independiente.
Venezuela Cuba y Nicaragua al igual que nosotros hace 50 años son objeto de una agresión norteamericana, de una manifiesta intervención en sus asuntos internos, eso lo entiende todo el vecindario en América Latina.
Es una torpeza mayor ponernos contra eso
Nuestros lazos con esos países son de larga data con Venezuela, partimos con el cura chileno Cortés de Madariaga, con Francisco de Miranda y su influencia en O’Higgins, con Don Andrés Bello, con la amistad de Allende y Rómulo Betancourt, con el asilo a miles de chilenos en los tiempos negros de la dictadura.
Para derrocar la dictadura de Somoza en 1978 combatieron muchos chilenos de izquierda, a la que usted dice pertenecer presidente, algunos quedaron para siempre en la verde extensión de Nicaragua. Usted debería saberlo y no olvidarlo.
La hermandad con Cuba viene desde las luchas de independencia; 12 oficiales chilenos combatieron por nuestra pequeña y hermosa hermana, encabezados por quién llegaría a ser general del ejército mambí, nuestro compatriota Pedro Vargas Sotomayor.
José Martí escribió mucho para diarios chilenos. Gabriela Mistral estuvo en Cuba y dictó conferencias en la universidad de La Habana, que al leerlas uno concluye que para ellas no parece pasar el tiempo. El piloto chileno Jack Lagas fue un héroe en la histórica batalla de playa Girón, primera derrota del imperialismo en América Latina, el presidente Allende no tuvo un Aliado un apoyo más generoso, más incondicional y más noble en el ámbito internacional que el de Fidel Castro y la revolución cubana.
Presidente Boric son nuestros hermanos de América Latina, con los cuales tarde o temprano vamos a constituir un solo plan país, es nuestra historia el pasado glorioso de los que nos precedieron de los Simón Bolívar, José Artigas, José de San Martín, José Martí, Bernardo O’Higgins, Juanita Azurduy. Son nuestros hermanos de América Latina.