Por Víctor Ternovsky
La presente conflictividad geopolítica global se agudizará en 2024. Y es que el Occidente colectivo intensificará sus “feroces” esfuerzos por liquidar todo aquel foco de poder que no sea subordinado a los dictados de EEUU y sus aliados. Aun así, el despertar internacional impulsado por la operación militar especial rusa ya es imparable: el número de países que darán un rotundo no al persistente colonialismo occidental seguirá en aumento. Así lo pronostica el jefe del Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia, Serguéi Narishkin, en un reciente artículo.
Subraya que hasta los aliados más próximos de Washington tienden a diversificar sus socios internacionales ante la cada vez más evidente incapacidad del “exhegemón” de garantizar su seguridad, tal y como demuestran casos como una escalada en la zona del conflicto palestino-israelí “sin precedentes en el siglo XXI”.
Otra causa del mencionado proceso es el atractivo del modelo de relaciones internacionales, encarando por el creciente grupo de los BRICS, “una unión de iguales” integrada, por ahora, por Rusia, China, Brasil, la India y Sudáfrica. Por su parte, el club de potencias occidentales llamado G7 es, en realidad, una agrupación de seis países que se dedican a cumplir las órdenes de su séptimo compañero, o, mejor dicho, su amo, que es EEUU.
Ese humillante papel no lo quieren desempeñar, ni América Latina, ni África, ni tampoco el mundo árabe, cuyas naciones están viviendo un auténtico despertar, a diferencia de la falsa Primavera Árabe orquestada en su momento por Washington. Tampoco es coincidencia que en la propia Unión Europea crezca el apoyo popular a las figuras políticas que declaran como prioridad la defensa de los intereses nacionales.
En un nuevo vídeo para Sputnik, repaso los puntos clave expuestos por el jefe del Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia, quien augura el ignominioso fin de la destructiva hegemonía occidental.