Jorge Lavandero (ex Senador)
Este gobierno no tiene los pantalones bien puestos, anda asustado por lo que la derecha pueda reprocharle y trata de consensuarlo todo con ella.
Esto mismo ocurrió con la Concertación, “en la medida de lo posible”. Al final, lo que pasó, sólo pasaron las leyes que tenían el visto bueno de la derecha con su modelo neoliberal heredado de la dictadura, por eso se ha vivido una democracia a medias, limitada, no una verdadera democracia.
Los que han salido verdaderamente perjudicados es el Pueblo de a pie. Grandes sectores de clase media, empleados, obreros y jubilados han visto disminuir, no solo la participación en los ingresos, sino muy gravemente, su participación en los bienes públicos, que han sido entregados a grandes empresas extranjeras.
Esto es tan escandaloso, que uno se pregunta ¿de qué somos dueños los chilenos?, porque no lo somos de nuestros valiosos recursos naturales, como el cobre, el litio, a medias si lo autoriza la derecha, la pesca, el agua, las forestales y los bienes públicos, como la energía, las comunicaciones, las carreteras, el trasporte marítimo, los puertos, los bancos.
Peor aún, no somos dueños de nuestra educación, de la salud, de la previsión. Te pregunto a ti que cada 18 de septiembre te envuelves en la bandera chilena, una hermosa bandera, pero vacía, sin ninguna soberanía, porque todo depende del beneplácito de nuestros dueños extranjeros, para que los gobiernos, en cosas menores, administren el país. ¿Somos o no somos una simple factoría o colonia extranjera, que está administrada verdaderamente por los voraces apetitos de esos grupos económicos y grandes mineras?
Desgraciadamente, esto lo desconoce una gran mayoría de chilenos, por los medios de comunicación y la TV son cómplices, porque están arrendados para que estas verdades las conozca el pueblo, y los Diputados y Senadores están en otra, por eso miran para el lado.
Queridos amigos vamos de mal en peor, ningún partido hace lo que dice después de las campañas. Es la desconfianza total y el descrédito de la cosa pública. Y SOMOS DUEÑOS DE NADA