Por Jorge Gálvez (integrante del Partido Igualdad)
El 21 de agosto veremos por última vez un mundo que dejará de existir el 24 del mismo mes; de hecho, ya está moribundo, solo falta declarar su fallecimiento formalmente. Agónico, el mundo unipolar da sus últimos estertores en Ucrania, África, en la geoeconomía y en la geopolítica del planeta.
Existe un consenso general en torno a la idea de que el conflicto en Ucrania, con la participación de la OTAN y Rusia, está desempeñando un papel crucial en la definición de la hegemonía mundial. Por un lado, está la visión de un mundo unipolar respaldado por Estados Unidos y sus aliados europeos, mientras que por otro lado se encuentra la perspectiva multipolar que abrazan las naciones del sur junto con Rusia y China. Sin embargo, este no es el único frente en juego, ya que eventos recientes como la Cumbre Rusia-África también están moldeando nuevas dinámicas.
La Cumbre Rusia-África, llevada a cabo en San Petersburgo los días 27 y 28 de julio, ha fortalecido una agenda previa centrada en la lucha anticolonialista y antiimperialista en África. Utilizando estrategias inspiradas en las Guerras de Liberación Nacional del siglo XX, que siguen siendo relevantes en la actualidad, se busca consolidar la posición del continente africano. Países como Argelia, Burkina Faso, Mali, Guinea y Níger, entre otros, se han convertido en un frente adicional en la misma contradicción que se observa en la guerra de Ucrania: la disyuntiva entre un mundo unipolar y uno multipolar. Durante la cumbre, el presidente Putin afirmó: “Hoy en día, África está emergiendo como uno de los pilares del mundo multipolar en constante consolidación”. Es innegable que el continente africano está experimentando una transformación en su papel político y económico, generando un impacto cada vez mayor y forzando a todos a confrontar esta realidad objetiva.
En este contexto, es relevante destacar que Putin anunció la provisión gratuita de alimentos a países africanos necesitados si no se renueva el acuerdo de transporte de granos en los próximos 60 días. Además, durante la reunión, Putin informó sobre la firma de contratos de armamento con 40 países africanos. El propósito detrás de esta cooperación es fortalecer la capacidad defensiva de estas naciones y garantizar su seguridad y soberanía, atrayendo así a países que buscan distanciarse de otras alianzas y favorecer la adquisición de armamento ruso.
Otro aspecto significativo es la explotación de recursos naturales como el oro y el uranio en Níger, que están siendo utilizados como garantía de pago por préstamos del Fondo Monetario Internacional (FMI) otorgados por Francia y Estados Unidos. Esta situación plantea la posibilidad de un impacto económico importante para el imperialismo estadounidense y europeo si Níger decide dejar de exportar estos recursos a dichos países.
La Cumbre de los BRICS
Se avecina un evento de consecuencias globales que transformará radicalmente el orden mundial tal como lo conocemos hasta ahora: la 15ª Cumbre de los BRICS, programada del 22 al 24 de agosto en Johannesburgo. Esta cumbre representa un paso más hacia la disminución de la influencia del mundo unipolar dominado por la hegemonía estadounidense.
El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, ha confirmado que la expansión del grupo BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) es un tema central en la agenda de esta próxima cumbre. Cada vez más países expresan su interés en unirse a este grupo, planteando desafíos globales ambiciosos. Entre ellos, se destaca la intención de contrarrestar al G7, poner fin a la supremacía del dólar e introducir nuevas reglas en áreas como la energía, la moneda, la tecnología y la economía.
En la actualidad, hay 23 países aspirantes a unirse a los BRICS, y entre las opciones más destacadas se encuentran naciones ricas en petróleo como Arabia Saudita e Irán, así como potencias regionales como Turquía e Indonesia, que emergen como mercados clave debido a su fortaleza económica y potencial. En América Latina han indicado su interés en sumarse a los BRICS, Argentina y Venezuela.
En tanto, ministra de Relaciones Exteriores de Sudáfrica, Naledi Pandor, indicó que se han extendido invitaciones, con el acuerdo de sus contrapartes de los BRICS, a “67 líderes de África y otras partes del Sur Global.
Tanto China como Rusia buscan obtener una mayor influencia en instituciones como las Naciones Unidas, el FMI, el Banco Mundial y la OMC, donde su peso económico actual no está debidamente representado. Si bien el formato actual de los BRICS representa el 42% de la población mundial y aproximadamente un tercio del PIB global, solo poseen el 15% de los derechos de voto en el FMI, resaltando la necesidad de una mayor representatividad.
En resumen, la Cumbre de los BRICS plantea un desafío al orden unipolar establecido por Estados Unidos y sus aliados, prometiendo abrir el camino hacia un nuevo mundo multipolar en el cual estas naciones emergentes desempeñarán un papel cada vez más influyente en la configuración de las relaciones comerciales y geopolíticas a nivel global.