por Jorge Gálvez (Integrante Partido Igualdad)
La noche del secuestro de Ronald Ojeda, el agente de la CIA Iván Simonovis, residente en Estados Unidos, lanzó acusaciones infundadas sobre su paradero, llegando afirmar que ya estaba en Caracas Venezuela, implicando al gobierno de Nicolás Maduro. Estas afirmaciones, carentes de pruebas, fueron difundidas por la derecha chilena en todas las redes sociales. Los medios tradicionales amplificaron estas declaraciones, generando un clima de desinformación en todo el país. Durante dos días consecutivos, la población chilena estuvo expuesta a estas falsedades sin ningún contrapeso. Los medios oficiales, televisión, periódicos y radios amplificaron las palabras de Simonovis, prácticamente todos los chilenos y chilenas estuvieron una semana en cadena nacional escuchando la desinformación de un agente de un Estado foráneo.
¿Quién es Simonovis?
En noviembre de 2004, fue detenido y acusado por su participación en los actos terroristas del Puente Llaguno ocurridos el 11 de abril de 2002, en el marco del golpe de Estado contra el presidente Hugo Chávez. En esa época, Simonovis ocupaba el cargo de Secretario de Seguridad Ciudadana del Distrito Capital. Una vez cumplida su condena por estos actos, en 2019 la CIA lo reclutó y lo designó como Jefe de Seguridad del autoproclamado Juan Guaidó. Actualmente está radicado en Miami y desde allí, cada cierto tiempo, planifica acciones contra Venezuela.
La trama se devela
Ronald Ojeda fue degradado por traición por el gobierno venezolano debido a su participación en la “Operación Brazalete Blanco”, un plan para derrocar al presidente Nicolás Maduro. Ojeda, acusado de terrorismo y traición a la patria, escapó de prisión en 2017 y recibió asilo en Chile.
El ex militar era un hombre muy activo en su decisión de seguir generando planes desestabilizadores contra el gobierno de Venezuela. Realizó acciones de protesta en el frontis de la Moneda intentando pasar como perseguido político. Esto presumiblemente lo llevó a relacionarse con bandas venezolanas ligadas al narcotráfico en Chile, que han irrumpido en el territorio nacional, producto de la política del gobierno de derecha de Sebastián Piñera, que fue de apertura total de las fronteras para migrantes ligados a graves delitos en sus países.
En la madrugada del 21 de febrero, Ronald Ojeda fue sacado a la fuerza por desconocidos de su departamento ubicado en la comuna de Independencia, en la Región Metropolitana, quienes se presentaron como funcionarios de la PDI, se lo llevaron maniatado y sin ropa, lo que quedó registrado en las cámaras de seguridad del edificio donde vivía.
Parte de los individuos que participaron directamente en la “detención” de Ojeda, contaron claramente con un apoyo mayor de sujetos y logística para llevar a cabo el delito. Estamos hablando de un grupo de individuos mandatados para la retención del ex militar. Es muy probable que Ronald Ojeda haya sido asesinado el mismo día del secuestro, ya que no hubo nunca una intención de cobrar ningún tipo de rescate. El Departamento de Medicina Criminalística (Demecri) indica que la muerte aproximada sería de entre 7 y 10 días, lo que coincide con la fecha del secuestro.
¿Pero quién está detrás del secuestro?
El descubrimiento de los restos de Ronald Ojeda despeja la trama alimentada repetidamente por la derecha chilena y venezolana. La tarde del jueves 1 de marzo de 2024, la Policía de Investigaciones (PDI) llevó a cabo un allanamiento en la comuna de Maipú, Región Metropolitana. El operativo se desarrolló en una toma de terreno ubicada entre Camino a Melipilla y Avenida Pajaritos, donde los equipos tácticos de la PDI desplegaron sus acciones.
El cuerpo de Ronald Ojeda fue hallado enterrado en una maleta a una profundidad de 1,4 metros, cubierto con cemento. Tras un exhaustivo trabajo conjunto liderado por la PDI y el Ministerio Público, se logró confirmar su identidad. El cadáver se encontraba oculto bajo bloques de cemento, los cuales fueron removidos con la ayuda de una máquina retroexcavadora. Durante el operativo, se detuvo a un ciudadano venezolano de 17 años por su presunta participación en el secuestro y asesinato de Ojeda, mientras que dos cómplices se encuentran prófugos.
Una hipótesis plausible sugiere que la información sobre el secuestro pudo haber llegado casi simultáneamente a Iván Simonovis desde los propios secuestradores, en lugar de provenir de allegados de Ojeda. Esto podría haber sido parte de un elaborado montaje destinado a acusar a las fuerzas de inteligencia del gobierno de Maduro, donde Ronald Ojeda se habría transformado en un problema, aunque aún no está claro por qué era necesario sacarlo del camino urgentemente, pero claramente se evidencia un ajuste de cuentas donde están implicados las bandas delictuales y la ultradecha venezolana.
Los vínculos entre Juan Guaidó, su jefe de seguridad Iván Simonovis y las bandas de narcotráfico son bien conocidas. Durante el intento de derrocar a Nicolás Maduro desde la zona fronteriza de Cúcuta, Guaidó recibió apoyo de los narcotraficantes colombianos conocidos como “Los Rastrojos”, quienes facilitaron su paso por la frontera con Colombia. En ese encuentro, Guaidó fue fotografiado con el jefe narcotraficante Albeiro Lobo Quintero, alias “Brother”, y su lugarteniente “Jhon” Jairo Durán, alias “Menor”. Acá está una información clave, esta banda mantiene alianzas con otra banda conocida para los chilenos, el “Tren de Aragua”, esto en las zonas limítrofes entre Colombia y Venezuela.
El Tren de Aragua ha sido la organización criminal que más se ha expandido en el territorio chileno y que mantiene una estrecha relación con grupos de ultraderecha venezolana.
No resulta descabellado considerar una “colaboración cuádruple “, es decir la posible conexión entre Iván Simonovis (CIA), la ultraderecha venezolana en Estados Unidos y Chile y el Tren de Aragua.
Existe una red internacional del crimen en el continente, que opera como instrumento de desestabilización de los gobiernos populares latinoamericanos que desafían la hegemonía de Estados Unidos.
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