Roberto Ávila Toledo
Somos un país que tiene historia y de la cual los chilenos debemos sentirnos orgullosos.
Chile partió siendo la gobernación y la capitanía general más pobre de América Latina, la monarquía española se planteó incluso abandonarla, pues solo le dábamos pérdidas a la casa de contratación de Sevilla.
No teníamos riquezas minerales, solo el 20% de la tierra era cultivable y los terremotos y maremotos nos asolaban. Al igual que las sublevaciones mapuches.
Cuando partimos como República independiente solo teníamos tres provincias Coquimbo, Santiago y Concepción, nuestro país no tenía viabilidad, pero crecimos, hoy vamos desde Arica a Punta Arenas y más allá, nuestro desarrollo como Estado y como nación se debe a la austeridad de los políticos y a la creciente profundización democrática de nuestras instituciones ajenas al caudillismo y los golpes militares de otras latitudes. Eso es lo esencial, pero que tiene excepciones como la dictadura militar.
La fortaleza republicana de nuestras instituciones del Estado nos hizo enfrentar exitosamente todos los desafíos. Lamentablemente hoy se ha conformado una casta política cebada en los fondos públicos, que desprecia a la ciudadanía y que quiere instalar un Estado a su servicio olvidándose de los ciudadanos.
Tienen la imprudencia e impudicia de querer imponernos una constitución a partir de sus expertos, que en lo único que son expertos es en vivir del Estado, como si esto fuera poco hacen de esta gigantesca usurpación un negocio, y se piensan embolsicar casi 40,000 millones de pesos, entre candidatos y partido.
Juegan con fuego porque creen que los chilenos somos tontos, porque nos creen ignorantes, cuando los ignorantes son ellos, que desconocen la historia de Chile, sus tradiciones democráticas, su austeridad, su sentido de la justicia social, su amor a la Patria. Por eso es que desde lo más profundo de Chile surge el rechazo ciudadano a la casta política, que se expresará con una cantidad de votos nulos, que hasta ahora no se habían conocido nunca. Analistas políticos señalan que serán no menos de un millón.
La casta política se asusta y empieza a hacer propaganda, pero la suerte está echada, no podrán burlarse de los ciudadanos despreciar la historia de Chile y llenarse los bolsillos. Chilenos votemos nulo
