Ricardo Ventura (*)
Los medios de comunicación con coberturas internacionales, solo entre líneas, han estado informando, que no se está transportando la cantidad de toneladas de cereales que normalmente, sale por los puertos del Mar Negro. Con algún grado de sorpresa nos hemos informado, de la importancia mundial que tiene no solo la producción de cereales y de fertilizantes originados en la zona actualmente en guerra, sino que también el transporte de estos productos para el mundo entero. Tan importante son estos productos, que generaron una crisis mundial de alimentos en muy corto plazo. (**)
Nos informamos que el 22 de julio del 2022, la ONU, la Federación Rusa, Turquía y Ucrania acordaron la Iniciativa de “Granos del Mar Negro”, en una ceremonia de firma en la ciudad turca de Estambul.
Esto permitió en cierta medida, una baja en los precios de estos productos en los mercados mundiales. Demostrando con esto, el poder del comercio y de paso entregando esperanzas en tiempos de crisis que ya nos está afectando a todos.
La verdad de los hechos es algo distinta, si bien es cierto que nos hay ataques militares de los ejércitos en conflicto a los barcos y que estos pueden navegar por el Mar Negro, entrar o salir sin mayores dificultades, también es cierto que no está saliendo toda la cantidad de millones de toneladas de producción, que en los años pre-guerra normalmente por ahí salía a los mercados del mundo.
Muy simple, se está bloqueando a una gran cantidad de productos rusos, usando las sanciones impuestas por los EE.UU. y los países de la Unión Europea, aplicándose el acuerdo firmado el 22 de julio del 2022, solo a los productos ucranianos. Es más, la implementación del acuerdo, dista mucho de los “objetivos humanitarios” declarados.
A ocho meses de la firma de este tratado, según una entrevista a la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova, las exportaciones de Ucrania a países necesitados solo son del orden del 2,6% del total, el otro 97.4% va al mundo desarrollado sin importar la hambruna que se generará en aquellos países con baja productividad agrícola.
Un buen ejemplo del peligro de hambre en que esta el mundo, comenta la portavoz, es una donación de fertilizantes ruso, 262.000 toneladas, a países pobres, hoy bloqueados en los puertos de Letonia, Lituania, Estonia y Países Bajos. Seis meses después, el único cargamento enviado es a Malawi de 20.000 toneladas, que aún no ha llegado a su destino.
Si un cargamento, tiene estos problemas para llegar a su destino, con meses de atraso, siendo patrocinado por las Naciones Unidades, podemos imaginarnos las dificultades que deberán enfrentar las empresas rusas, que no están bajo este patrocinio para hacer llegar sus productos al mundo.
Serguéi Lavrov, Ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, advirtió el 13-03-2023 sobre la prolongación Iniciativa de “Granos del Mar Negro”, que: “solo se puede prolongar lo que ya se cumple, pero si el paquete se cumple a la mitad, el asunto de la prolongación se torna bastante complejo“.
Asegura el Ministro que: “la primera parte, la exportación segura del grano ucraniano desde sus puertos en el mar Negro, se cumple”. “Nosotros, Rusia, cumplimos todos nuestros compromisos al respecto junto a los colegas turcos. La segunda parte no se cumple en absoluto”, en alusión al no levantamiento de las restricciones a la exportación del cereal y los fertilizantes rusos. (***)
Es evidente la gravedad del problema y lamentamos que no exista una real información en los medios. Llamamos a terminar de jugar la carta alimentaria. Es sabido que la mayor parte del grano ucraniano se destina a precios de dumping para el forraje en la Unión Europea, quebrando de paso a miles de sus propios agricultores y no está llegando el suficiente grano ni fertilizante a las naciones pobres, que lo necesitan con la mayor urgencia.
(*) Cientista Político