Gabriel Boric participó en la inauguración de la estatua en homenaje al expresidente Patricio Aylwin, valorando el legado del democratacristiano, quien fue uno de los principales instigadores del golpe de estado contra Salvador Allende.
En la actividad estaban Sebastián Piñera y Ricardo Lagos y Vlado Mirosevic y Álvaro Elizalde, presidentes de la Cámara y el senado respectivamente.
Boric señaló que en Aylwin “reconocemos la firmeza de su convicción al servicio de un solo interés, que guió todo su actuar a lo largo de su vida pública, que es el bien superior de Chile”.
Agregó “son el alma de Chile, la historia de Chile. Y, por lo tanto, es nuestro deber tratar de aprender de ellos. La vida de Aylwin está profundamente imbricada con la historia de Chile, sus dolores, sus contradicciones y sus triunfos. Con los caminos sin salida, con lo que él llamó el reencuentro de los demócratas, que hizo posible -y de lo cual todos nosotros usufructuamos de alguna manera- la recuperación de la democracia”.
Indicó “Si alguna vez el futuro lejano nos recuerda a los Cariola, Jackson, Vallejo, Boric de la actual generación, como hoy día se recuerda a Aylwin, Frei, Leighton, Tomic y Fuentealba, sin lugar a duda habremos cumplido nuestro cometido”.
Se reivindicó como continuador de los personeros DC “es bueno entenderse como portadores de una posta. Y cuando descubrimos esta estatua, estamos tomando una tremenda responsabilidad, que nos legan quienes estuvieron antes que nosotros”.
“desde los años 80, don Patricio Aylwin buscó, quizás con más empeño que otros personeros de su generación, la unidad de las fuerzas políticas contra la dictadura. Y esa unidad, se fue tejiendo desde las bases sociales. En las ollas comunes, en la protesta social, en los sindicatos, en las federaciones estudiantiles. Y ahí, la confluencia fue paulatina pero imparable”.