(360Noticias) El 21 de noviembre de 2024, Rusia dio un paso contundente en la escalada del conflicto en Ucrania al realizar el primer uso en combate del misil hipersónico de medio alcance Oréshnik. Este ataque fue en respuesta a la decisión de Estados Unidos de proporcionar a Ucrania armas de largo alcance, una medida que Moscú calificó como una amenaza directa a su seguridad territorial.
El misil, lanzado desde una instalación militar rusa bajo la supervisión del vicepresidente del Consejo de Seguridad de la Federación de Rusia, Dmitri Medvédev, impactó con precisión en la planta industrial Yuzhmash en Dnepropetrovsk, una de las instalaciones clave del complejo militar-industrial ucraniano. Según el Ministerio de Defensa ruso, todas las unidades de combate alcanzaron su objetivo.
Un arma desconocida para Occidente
El Oréshnik representa un avance significativo en la tecnología militar rusa. Según el presidente Vladimir Putin, el misil:
- Viaja a una velocidad de Mach 10, equivalente a entre 2,5 y 3 kilómetros por segundo, lo que lo convierte en prácticamente invulnerable a los sistemas de defensa antiaérea y antimisiles modernos.
- Es imposible de interceptar, lo que le otorga una ventaja estratégica frente a las armas convencionales.
- Es parte de una nueva generación de misiles de mediano y corto alcance que Rusia desarrolla como respuesta directa a los planes estadounidenses de desplegar armas similares en Europa y Asia-Pacífico.
El uso del Oréshnik no es solo una demostración de poderío militar, sino también un mensaje político claro a Washington. Putin criticó la decisión de Estados Unidos de abandonar unilateralmente el Tratado sobre Fuerzas Nucleares de Rango Intermedio (INF) en 2019, lo que, según Moscú, desató una nueva carrera armamentista.
El mandatario ruso subrayó que cualquier despliegue adicional de misiles por parte de EE. UU. y sus aliados será respondido de manera proporcional. Sin embargo, Putin aseguró que Rusia tomará medidas para minimizar el impacto en la población civil ucraniana, prometiendo avisos previos a los ataques con el nuevo misil para permitir la evacuación de civiles.
El lanzamiento del Oréshnik marca un punto de inflexión en el conflicto, aumentando las tensiones entre Rusia y Occidente.