Río de Janeiro (Brasil) (Sputnik).- El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, partió este martes hacia China para una visita oficial que incluirá una reunión bilateral con su par Xi Jinping y que pretende “relanzar” las relaciones con el gigante asiático, el principal socio comercial del país sudamericano.
“El objetivo del Gobierno brasileño es relanzar las relaciones con el que es su principal socio comercial desde 2009”, destacó el Ejecutivo en un comunicado.
La agenda de Lula, quien estará acompañado de una importante comitiva, comienza este jueves en Shanghái, donde el mandatario asistirá a la toma de posesión de la ex jefa de Estado, Dilma Rousseff (2011-2016) como presidenta del Nuevo Banco del Desarrollo de los BRICS (bloque formado por Brasil, Rusia, China, India y Sudáfrica).
Por la tarde tendrá un encuentro con empresarios y por la noche viajará a Pekín, donde al día siguiente se concentrará la parte más política e institucional de la visita.
Por la mañana se reunirá con el presidente de la Asamblea Popular Nacional, Zhao Leji, en el Gran Palacio del Pueblo, y después depositará flores en una ceremonia en la plaza de la Paz Celestial.
Por la tarde, Lula se verá con líderes sindicales y luego volverá al Gran Palacio del Pueblo, donde se reunirá con el primer ministro Li Qiang y con el presidente Xi Jinping; después de la firma de acuerdos bilaterales habrá una cena oficial.
En el viaje ya de vuelta a Brasil, el avión presidencial parará este sábado en Abu Dabi, capital de los Emiratos Árabes Unidos, para una visita oficial.
Inicialmente, el viaje de Lula estaba previsto para finales de marzo, pero tuvo que aplazarse después de que fuera diagnosticado con una neumonía; aun así, parte de la comitiva sí viajó y obtuvo “importantes resultados”, según el Gobierno, como el fin del embargo a la carne bovina brasileña, tras 29 días de suspensión.
Ahora, algunas de las áreas más destacadas serán el turismo entre los dos países, la atracción de inversiones y la posibilidad de mostrar los programas brasileños de combate al hambre o protección al medio ambiente, que “podrán ser vistos de nuevo como referencia por el Gobierno chino”, según Brasilia.
Se prevé firmar casi 20 acuerdos bilaterales; uno de ellos será para la construcción del CBERS-6, la sexta generación de una línea de satélites construidos entre ambos países.
El nuevo modelo tiene una tecnología que permite vigilar la cobertura vegetal de biomas como la Amazonía incluso cuando hay nubes.
Lula viajará acompañado de una delegación que incluye a los ministros de Economía, Medio Ambiente, Agricultura, Ciencia, Relaciones Exteriores, Minas y Energía, Desarrollo Agrario, Desarrollo y Asistencia Social y Comunicaciones, además de los gobernadores de cinco estados del noreste del país, gobernados por aliados políticos del presidente.
En 2022, China importó más de 89.700 millones de dólares en productos brasileños (sobre todo soja y minerales) y exportó casi 60.700 millones a Brasil.
El volumen comercializado, 150.400 millones de dólares, creció 21 veces desde la primera visita de Lula a Pekín, en el año 2004, durante su primer mandato.
