(360Noticias) Alaska. En vísperas de la cumbre entre los presidentes Donald Trump y Vladimir Putin, el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, causó revuelo al aterrizar en Alaska vistiendo un vistoso polerón con las letras “CCCP” las siglas de la Unión Soviética (URSS.
El gesto no fue casual: fue interpretado por analistas y diplomáticos como un acto deliberado de provocación simbólica, alineado con las crecientes muestras de reivindicación la Unión soviética exhibidas por el Kremlin.
No fue solo la prenda; la estrategia incluyó otros guiños provocativos. A bordo del vuelo hacia Alaska, periodistas rusos recibieron como comida “Chicken Kyiv”, una ironía mordaz dirigida a Ucrania. Esta táctica fue acompañada de comentarios burlones desde medios afines al Kremlin:
“Putin y Trump deberían convertir a Zelensky en un Chicken Kyiv,” bromeó el comentarista Serguéi Markov.
Lavrov, quien durante años fue visto en Occidente como un diplomático mesurado, ha alterado su imagen pública adoptando cada vez más un tono combativo.