Ricardo Ventura (Cientista Político)
La escasez de agua dulce es una de las principales amenazas globales a las que se enfrentará la humanidad en un futuro muy cercano. La UNESO informa en el documento: “Abordar la escasez y la calidad del agua”, que aún hay suficiente agua dulce para los casi 7 mil millones de habitantes, pero está mal distribuida. La falta de este vital elemento afecta a 1.200 millones de personas. En el escrito se informa que el uso del agua aumentó en el doble, solo en el último siglo. (**)
Es sabido que en Chile, las mineras han despojado de este recurso fundamental para la vida y el cultivo a los habitantes y agricultores de los valles centrales, produciendo un conflicto de enormes proporciones al generar zonas de “sacrificio”.
En la ciudad de Santiago, capital de Chile, informaron las autoridades en medio del invierno y contando con potentes lluvias, de un eventual corte de suministro de agua potable. No es primera vez y seguramente tampoco será la última. Podemos concluir entonces que es un problema que crece en el mundo entero y del que Chile no está libre.
La disputa por los recursos hídricos es ya un conflicto de enormes proporciones. Los países ricos compran a los países pobres los territorios donde se encuentran las fuentes de agua, esto derivo en un conflicto por el agua entre ricos y pobres, y como podemos ver, en todos los rincones del planeta. La lucha principal va por quien se quedará con el control en la gestión de los recursos hídricos.
Un ejemplo de los conflictos en este tema, es el acuerdo congelado por la provincia canadiense Columbia Británica, que entregaba agua potable por años al Estado de California de EE.UU. La demanda no se hizo esperar y generó un problema dentro del Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Queda claro que no es del agrado de los canadienses que una empresa privada, extraiga agua de sus ecosistemas. Deducimos esto, ya que los canadienses decidieron oponerse, a la exportación de su agua por mar a Asia y al Medio Oriente.
El agua es uno de recursos más valiosos de la tierra y se está volviendo cada vez más escaso. La demanda aumenta cada día más y es independiente del desarrollo de la economía mundial. No es difícil concluir entonces, que el control de las fuentes de agua dulce derivará en conflictos militares.
El agua como el aire deberían ser considerados recursos naturales asequibles y gratuitos. Ya no es así, hoy en día el agua se tiene que pagar, aunque en algunos países en bien barata. Por ejemplo en los EE.UU. un galón de agua, que son aproximadamente 4 litros, cuesta menos de 1 centavo de dólar.
Hay enormes diferencias en el consumo por persona en relación a cada país. En el caso de Asia es de 40 litros anuales por persona, en Europa es de 140 litros y en Estados Unidos es el consumo más alto, 205 litros por persona. Consideremos también que entre los años 2010 y 2020, el consumo de agua embotellada aumento en ese país en más de un 30%.
El deseo de una vida saludable, muy propia de los países desarrollados, ha potenciado la industria del agua embotellada. Hoy es el segmento de mayor crecimiento en el mercado mundial de las bebidas. Se están gastando enormes sumas de dinero en comprar agua, supuestamente limpia. El consumo de agua embotellada en 2021, fue de 240 mil millones de dólares y se espera para el 2028 llegue a la suma de 505 mil millones. Un aumento anual promedio de 11.1%, cifra que sorprende y que nos muestra un muy buen negocio.
Una organización independiente en suiza, decidió hacer un análisis comparativo de la calidad del agua embotellada y la de grifo. Resulto que la calidad del agua de grifo en alguno de los cantones fue muy superior a la embotellada, incluso en términos de composición mineral como la vendida por fabricantes famosos como Evian. Bueno, cosas del “marketing”.
En el del mundo y sobre todo en los países subdesarrollados, debido al deterioro de los sistemas de abastecimiento y tratamiento de aguas, el agua de grifo no es saludable y ni siquiera es potable.