(360Noticias) En un nuevo acto de piratería internacional, el ejército de ocupación israelí secuestró a varios integrantes de la Flotilla Global Sumud, entre ellos al nieto de Nelson Mandela, Nkosi Zwelivelile Mandela, quien viajaba a bordo del barco Alma con destino a Gaza.
La presencia de Mandela en la flotilla no era casual: simboliza la histórica posición de Sudáfrica contra el apartheid y la continuidad de su liderazgo político en la acusación de genocidio contra Israel ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ). Su secuestro a manos del régimen sionista constituye un hecho de enorme gravedad política y diplomática, que desnuda la desesperación de Israel frente al avance de la solidaridad internacional con Palestina.
La Flotilla Global Sumud transportaba 5.500 toneladas de alimentos y ayuda humanitaria destinadas a las familias palestinas de Gaza: niños, mujeres y ancianos víctimas del hambre, el bloqueo y la masacre sistemática ejecutada por las fuerzas de ocupación. Sin embargo, Israel respondió con violencia, interceptando en aguas internacionales a la misión solidaria, en una acción calificada por gobiernos y movimientos sociales como terrorismo de Estado y crimen internacional.
La figura de Nkosi Mandela encarna el lazo histórico entre la lucha del pueblo sudafricano contra el apartheid y la resistencia palestina frente al sionismo. No es la primera vez que se pronuncia contra la ocupación: desde la tribuna internacional ha denunciado el genocidio y ha acompañado la acción judicial de Sudáfrica contra Israel en La Haya.
Hoy, su secuestro confirma que el régimen israelí busca silenciar las voces que unen la memoria de la resistencia africana con la causa palestina.
El secuestro de Nkosi Mandela y de todas y todos los integrantes de la flotilla solidaria es un ataque directo contra la humanidad entera, pues se castiga a quienes intentaban salvar vidas frente a un genocidio televisado día a día.
Lejos de intimidar a los pueblos, esta agresión refuerza la convicción de que Palestina es hoy la causa de la humanidad entera, y que la lucha contra el genocidio y el apartheid sionista es la continuación natural de la lucha que Nelson Mandela libró contra el racismo y la opresión en Sudáfrica.