Por Félix Madariaga (Periodista)
Estamos asistiendo a una nueva pataleta de la clase política chilena, esta vez, por la llegada del canal de televisión RT (Russia Today) a la señal abierta nacional. Voces de la derecha y también del oficialismo se han apresurado a condenar la presencia del canal ruso, argumentando supuestas amenazas a la democracia y a la libertad de expresión. Paradojalmente, muchas de esas voces nunca han tenido problemas frente a la concentración mediática, la censura durante la dictadura o con la operación de canales internacionales con participación estatal como la BBC, Deutsche Welle o France 24.
Al contrario de esa sobrerreacción, muchos estamos celebrando la llegada a Chile de RT. Es una muy buena noticia para el pluralismo informativo, que lleva años asfixiado por un duopolio televisivo que ha producido desinformación, explotando la cultura de la farándula y el espectáculo con escaso periodismo crítico y de investigación. Basta ver el estado de TVN, un canal financiado con fondos públicos, que ha sido incapaz de ofrecer alternativas editoriales relevantes, pese a los millonarios aportes del Estado.
Durante la semana pasada, diputados de derecha anunciaron el envío de un oficio al Consejo Nacional de Televisión, preocupados por la supuesta “propaganda” que RT emitiría en señal abierta. Una vez más tratan a los chilenos y chilenas como personas ignorantes e incapaces de decidir por sí mismas, ¿acaso creen que no tenemos criterio para discernir entre propaganda y periodismo?, ¿dónde estaban esos diputados cuando se entregaron licencias sin control a grupos económicos como el de Luksic, o cuando se manipuló la información en dictadura mediante la DINACOS?
También ha habido comentarios risibles y claramente malintencionados, como el del señor Moschiatti en la radio Bio Bio, o la columna del señor Cristián Warnken – ese “amarillo inglés” – publicada en diario El Mercurio (y no nos referiremos al Mercurio, diario golpista que no debería ni existir por su rol en el golpe de Estado y durante la dictadura), donde cita a grandes autores rusos como si eso le diera autoridad moral para condenar a RT tras haberlo visto durante “media hora”. Más allá de sus poses ilustradas, lo que vemos es un profundo desprecio por la diversidad informativa y una defensa – cómoda – del status quo mediático.
En este contexto, es importante destacar lo expresado por la diputada y periodista Nathalie Castillo, con quien coincidimos plenamente: “Chile es uno de los países que se encuentra débil en relación a la libertad de prensa, libertad de expresión, derecho a la información y sobre todo pluralismo informativo. Así que este tipo de iniciativas, donde señales tan relevantes como RT vienen a fortalecer el sistema medial de la televisión pública o al menos en lo que significa la señal abierta, es una gran contribución”
La polémica es artificial y la supuesta “intromisión extranjera” es falsa. Como lo ha señalado la Embajada de Rusia en Chile “La presencia de RT en Chile refleja la larga tradición y cultura democrática del pueblo chileno, cuyas características centrales son la libertad de expresión y la diversidad de opiniones” y agrega que “Siendo RT – al igual que la BBC, France TV, Deutsche Welle, ABC, NHK, CBC y otros – un medio de comunicación con participación estatal, trae una perspectiva diferente sobre las noticias y acontecimientos mundiales, ampliando así la comprensión de temas globales y fomentando el diálogo internacional”.
Por nuestra parte, al igual que miles de chilenos y chilenas, nos tomaremos el tiempo de ver el canal, seguir sus contenidos y programación antes de emitir un juicio, aunque estamos seguros que por fin la audiencia chilena tendrá una alternativa a los matinales vacíos de contenido, los reality shows y la banalidad editorial de los canales tradicionales.
Fuentes:
https://www.elmercurio.com/blogs/2025/06/20/125942/discusion-inmediata-aspx.aspx