Por Esteban Silva Cuadra
Comparto un artículo que escribí el 18 de Septiembre de 2019, el año de la revuelta social. Sus contenidos tienen hoy plena vigencia…
La conmemoración de las fiestas Patrias del 18 de septiembre, nos encuentra con un país profundamente desigual, con una impactante concentración de la riqueza en manos de unos pocos. Un Chile neoliberal cuya soberanía económica se encuentra enajenada y restringida por la actual Constitución que garantiza el poder del gran capital y del Estado subsidiario. Vía TLC’s que han entregado nuestra soberanía económica a las grandes corporaciones transnacionales y el capital especulativo financiero. Una pseudo democracia oligarquizada manejada por las élites con el apoyo de grandes medios de comunicación en favor de una hegemonía cultural neoliberal .
A más de dos siglos de nuestra independencia, la tierra de Caupolicán, Guacolda, Lautaro y el asesinado comunero Camilo Catrillanca, sigue siendo esquiva con sus pueblos originarios y se profundiza el histórico desencuentro, con la militarización del Wallmapu y una brutal represión contra las comunidades mapuche, la aplicación draconiana de una aberrante Ley Antiterrorista, entre otros, que materializa el despojo del pueblo mapuche para proteger a las grandes empresas forestales y grupos económicos con su “sacrosanta propiedad privada”.
En estas fiestas debemos volver a reconocer la verdadera construcción de nuestra Patria en la larga lucha del pueblo chileno por conquistar nuestra emancipación y verdadera independencia.
Historia protagonizada por millones mujeres y hombres anónimos que a lo largo de estos dos siglos han luchado por construir una Patria para todas y todos sin exclusiones. Han luchado por conquistar el derecho a edificar una República de hombres y mujeres libres, iguales y soberanos.
Reconocemos a las y los patriotas que soñaron construir una Patria para tod@s en la lucha por nuestra independencia del dominio y colonialismo español en hombres y mujeres anónimos del pueblo pobre y campesino que lucharon por conquistar nuestra independencia junto a Bernardo O’higgins, San Martín, Javiera Carrera y el guerrillero Manuel Rodríguez, entre otros. Los reconocemos también luchando codo a codo “A paso de vencedores” en la batalla de Ayacucho, Perú (1824) , junto al ejército libertador de Bolívar y Antonio José de Sucre, asegurando definitivamente la independencia de nuestra América.
Los encontramos en Santiago Arcos y Francisco Bilbao, pregoneros de la sociedad de la igualdad y en el Presidente Balmaceda en su lucha para terminar con el monopolio salitrero. Nos inspiramos en los verdaderos patriotas que encabezaron las grandes luchas y movilizaciones de las y los trabajadores mineros de Chile, marcadas a sangre y fuego en masacres obreras como en las ocurridas en 1907 en la Escuela de Santa María de Iquique o en el extremo sur con el brutal incendio de la Federación Obrera de Magallanes en Punta Arenas en 1920. Luchas por la Patria para todas y todos que tuvieron continuidad en Luis Emilio Recabarren, patriota de la construcción infatigable de la organización y lucha obrera.
Las encontramos volando en el avión Rojo del Comodoro Marmaduque Grove, militar y socialista, quién el 4 de junio de 1932, con Eugenio Matte, Arturo Merino Benítez, Álvaro Puga y otros, tomó posesión del gobierno para «implantar la República Socialista de Chile» conocida como la República Socialista de los 12 días. Reconocemos la Patria en la lucha por la tierra y la dignidad que unió a comuneros mapuche y campesinos pobres asesinados en 1934 en la criminal matanza de la Ranquil en Lonquimay.
Nuestro bicentenario debe verse con los ojos de los miles de rostros anónimos que participaron con coraje en las luchas de las y los pobladores sin casa, organizando las primeras tomas de terrenos como la acontecida en 1957 en la Población la Victoria o que fueron víctimas de la violencia de la oligarquía en sucesos como los de Pampa Irigoyen en Puerto Montt.
La Patria para todas y todos se proyecta en el combate por los derechos de la mujer que impulsaron las mujeres y de luchadoras y visionarias entre las que destacan Amanda Labarca, Elena Caffarena, Julieta Campusano, Laura Allende y Julieta Kirwwood. Lucha que se proyecta en Jóvenes patriotas insurrectos frente a la injusticia y la desigualdad como Héctor Barreto, José Domingo Gómez Rojas, Ramona Parra, Rodrigo Ambrosio, Miguel Enríquez, Carlos Lorca y Jecar Neghme de la generación de los 80, la de la resistencia y protestas anti dictatoriales.
Identificamos la Patria en las luchas de las primeras organizaciones de las y los trabajadores hasta las de hoy simbolizados en Luis Emilio Recabarren y Clotario Blest. Los encontramos en la creación para un país más justo que recupere e incorpore nuestros raíces de Violeta Parra, Gabriela Mistral, Pablo Neruda, Víctor Jara y Nemesio Antúnez. La reconocemos en 1938 en el Frente Popular y el gobierno del maestro Pedro Aguirre Cerda.
La lucha por nuestra segunda independencia económica y cultural la reconocemos en el histórico triunfo de la Unidad Popular encabezada por el Presidente Salvador Allende Gossens con la Vía chilena Socialismo. El primer intento de ruptura y transformación democrática real en un territorio gobernado por una minoría oligarca depredadora y concentradora de nuestro patrimonio y riquezas.
La lucha por una Patria para todas y todos la reconocemos en la larga lucha de resistencia del pueblo chileno contra la dictadura militar y a su restauración capitalista. La Patria la reconocemos hoy en el Caso de la posdictadura en cada una de las luchas del pueblo para conquistar un verdadero protagonismo y poder para recuperar nuestros derechos y el verdadero sentido de una democracia participativa y conquistar una vida digna y plena por un buen vivir.
La Patria la reconocemos hoy en la conformación de UNIDAD SOCIAL, la más amplia y unitaria confluencia de organizaciones del pueblo chileno para conquistar una verdadera Independencia, económica, social, política y cultural para Chile del siglo XXI.