Caracas (360Noticias) Dos cazas F-16A de la Fuerza Aérea Bolivariana sobrevolaron este jueves el destructor USS Jason Dunham de la Armada de Estados Unidos en el mar Caribe, provocando una reacción inmediata de pánico en el Pentágono, que calificó la maniobra como un “acto extremadamente provocativo”.
El incidente se produjo en aguas internacionales, donde Washington mantiene desplegado un grupo de buques bajo el pretexto de combatir el narcotráfico. Sin embargo, la presencia de aeronaves venezolanas puso en evidencia que el supuesto poderío naval de EE.UU. no está exento de sobresaltos frente a un país que defiende con firmeza su soberanía.
El Pentágono entra en crisis de nervios
Fuentes citadas por CBS News confirmaron que los cazas venezolanos pasaron sobre el destructor de misiles guiados, un gesto que el Departamento de Defensa estadounidense interpretó como una “interferencia” en sus operaciones. El tono del comunicado oficial refleja más un estado de alarma que la tranquilidad de una potencia confiada en su superioridad militar.
Washington insiste en que su despliegue busca frenar el “narcoterror”, pero las reacciones muestran que la presencia de Venezuela en el aire basta para alterar la calma de la flota imperial.
Caracas ha denunciado reiteradamente que la llamada “lucha antidrogas” no es más que un disfraz para justificar planes de intervención. El ministro de Interior, Justicia y Paz, Diosdado Cabello, fue categórico: “Si quieren luchar con la droga, váyanse al Pacífico. El 87 % de las drogas pasan por allí. Al sur del Caribe apenas circula un 5 %. El trasfondo es el de siempre: intentar un cambio de régimen con mentiras y ‘fake news’”.
En la misma línea, el fiscal general Tarek William Saab señaló que resulta “sumamente burdo e inaceptable” que EE.UU. utilice la narrativa del narcotráfico como excusa para buscar implosionar internamente a Venezuela y preparar el terreno para una intervención militar.
La tensión escaló aún más tras las declaraciones de Donald Trump, quien aseguró que sus fuerzas destruyeron un “barco con drogas proveniente de Venezuela” y mataron a 11 personas. Caracas puso en duda la veracidad del video mostrado, denunciando que podría tratarse de una producción con inteligencia artificial impulsada por Marco Rubio para alimentar el discurso belicista.
Cabello cuestionó el montaje: “Dicen haber destruido un barco, pero las imágenes muestran un simple peñero pesquero de nueve metros. Ni siquiera estructuran bien sus mentiras”.
Incluso resaltó la contradicción de Washington, que dice combatir al supuesto Cártel de los Soles, pero en el mismo relato señala como víctimas a presuntos integrantes del Tren de Aragua.
EE.UU. busca un enemigo que no existe
Los informes de Naciones Unidas confirman lo que Caracas repite: Venezuela no es un centro de producción ni de distribución de drogas en el continente. El verdadero epicentro está en Colombia, y las principales rutas hacia el norte se trazan por el Pacífico, no por el Caribe.
Sin embargo, la estrategia estadounidense persiste en construir un “narcoestado” ficticio para sostener una narrativa intervencionista. El sobrevuelo de los F-16 venezolanos sobre el USS Jason Dunham no hizo más que exponer la fragilidad de esa construcción y la incomodidad del imperio frente a un país que se atreve a mirarlo de frente en su propio terreno.