Ricardo Ventura (Cientista Político)
El nazi fascismo, es una ideología totalitaria que se fortalece en Italia primero y Alemania después al inicio del segundo cuarto del Siglo XX. Las condiciones que deja la primera guerra mundial, son un excelente caldo de cultivo para el desarrollo de esta ideología. El racismo, el nacionalismo chauvinista, el desprecio por las otras sociedades, el fanatismo, la supuesta superioridad de la raza y el desarrollo de un militarismo exacerbado, motivaron objetivos como el “espacio vital” y el “imperativo histórico del pueblo alemán con el Tercer Reich, de ser los autonomizados dueños del mundo”.
Estos datos en algo ayudan a comprender el porqué de la II Guerra Mundial, los 5 años de duración y que dejo la mayoría de Europa convertida en escombros, con un saldo de más de 60 millones de muertos, entre ellos 26 millones de soviéticos. Para comprender la magnitud de la catástrofe, tómese como ejemplo la República Socialista de Bielorrusia, de ese entonces, que perdió a dos tercios de su población. Los desplazados por toda Europa después de la guerra, suman millones y las secuelas del daño causado, persisten hoy.
Impresiona que nadie dice ni una palabra que los financistas para el desarrollo de ese enorme poder militar en la Alemania Nazi, fueron las grandes empresas alemanes, Volkswagen, Bayer, Krupp, Porche, etc. Tampoco es muy conocido, que varios de sus directivos y propietarios, fueron juzgados y condenados por crímenes de guerra en Núremberg.
Encontramos mucha razón entonces, a ese analista que definió al fascismo como: “La dictadura abierta y terrorista del sector más reaccionario del capital financiero”.
El fascismo revive hoy en el mundo, con diferentes nombres, y grados de influencia. Llamamos al gobierno chileno a condenar este renacer del nazismo y a no aceptar por ningún motivo su glorificación. La historia nos muestra con creces que es un peligro para toda la humanidad.
Un notable ejemplo de esto es la Ucrania de Zelensky y su gobierno que está formado por múltiples organizaciones fascistas que se reconocen así mismo como tales. Su política es fascista cuando prohíbe hablar idioma ruso en zonas donde más del 70%, son de origen ruso. Algo debería decir la ONU al respecto, ya que no se cumplen sus dictámenes.
No se puede prohibir la cultura rusa, no es posible dejar de lado o intentar que el mundo olvide a los escritores rusos, el ballet, las obras de teatro, la música etc. El mundo necesita urgente, el renacer de la inteligencia, que termine esta demencia.
Detrás de la guerra en Ucrania, están los grandes consorcios de EE.UU. y de Europa. El complejo militar industrial se llena los bolsillos vendiendo armas y en la misma medida que se agotan, produce nuevas para alargar la guerra, siempre con la intención de desgastar lo más posible a la Federación Rusa.
Los “daños colaterales” de esta guerra: heridos, muertos, desplazados y la destrucción que se produce, no le interesa ni lo consideran su responsabilidad la OTAN y los EE.UU. Basta mirar sus guerras anteriores a Vietnam; Serbia, Irak; Libia; Palestina; Panamá, etc. Cientos y cientos de miles de víctimas.
Mucha razón tiene el Presidente de México, cuando opina que la OTAN dice a los ucranianos: “Yo pongo las armas y ustedes ponen los muertos”. (**)
(**) https://www.sinembargo.mx/14-06-2022/4202473