Jorge Gálvez (Secretario Político del Partido del Trabajo de Chile)
“Cuando hay muchos hombres sin decoro, hay siempre otros que tienen en sí el decoro de muchos hombres. Esos son los que se rebelan con fuerza terrible contra los que les roban a los pueblos su libertad, que es robarles a los hombres su decoro. En esos hombres van miles de hombres, va un pueblo entero, va la dignidad humana.”
En un momento decisivo para la historia de América Latina, cuando el imperio vuelve a desplazarse con barcos de guerra y tropas hacia el Caribe como en los días más oscuros del siglo XX, la Revolución Bolivariana desafía esa fuerza arrogante que pretende imponer su dominio en nuestra región. Nicolás Maduro Moros, presidente constitucional de la República Bolivariana de Venezuela, se eleva hoy como uno de los grandes defensores de la soberanía latinoamericana, tomando la posta histórica de los libertadores que enfrentaron, con dignidad y sacrificio, al colonialismo de todas las épocas.
El despliegue militar estadounidense en aguas cercanas a Venezuela responde a una estrategia persistente de asedio destinada a quebrar la voluntad de un pueblo que decidió ser libre. Washington intenta intimidar, cercar, empobrecer y someter a una nación que no se arrodilla, que no cede y que se sabe heredera del proyecto independentista de Simón Bolívar. Y en esa resistencia, el presidente Nicolás Maduro se ha mostrado firme, sin titubeos, sin vacilaciones, levantando la voz en nombre de todos aquellos pueblos que sufrieron y todavía sufren las cadenas del imperialismo.
Frente al ruido de las amenazas y la sombra de los portaaviones, su mensaje ha sido claro: “Así como lo hizo Bolívar, nosotros tenemos que ser capaces de defender cada palmo de esta tierra bendita de cualquier amenaza o agresión imperialista, venga de donde venga”. “Estamos obligados a crecer en esta coyuntura ¡No hay excusas para nadie, prohibido fallar! La Patria reclama nuestro mayor esfuerzo y sacrificio, y si la Patria reclama, pues tendrá nuestra vida, si es necesario”.
Venezuela no está sola, Venezuela tiene el respaldo de la historia latinoamericana, de los pueblos que luchan y de los gobiernos que todavía creen en la autodeterminación. El ejemplo de Nicolas Maduro en su defensa de la soberanía venezolana es una causa continental. Revitaliza la integración, estrechas alianzas con las naciones y pueblos soberanos del Sur Global y ha señalado con precisión el verdadero conflicto de nuestro tiempo, la pugna entre los pueblos libres y un aparato imperial decidido a controlar recursos, territorios y destinos ajenos. Nicolás Maduro expresa nítidamente la contradicción principal del periodo, entre el “Globalismo Neoliberal versus la Soberanía”.
En su figura hay coherencia entre la palabra y la acción. Enfrentó el golpe continuo de las sanciones ilegales, la guerra económica, el bloqueo financiero, la agresión diplomática y mediática. Resistió cuando muchos pronosticaban su caída y apostaban por la destrucción del proyecto bolivariano. Y no solo resistió, condujo a Venezuela por la senda de la recuperación productiva, levantando la economía ante el sabotaje imperial, y fortaleció la unión cívico-militar como columna vertebral de la independencia nacional.
Hoy, mientras el Pentágono agita el fantasma de la intervención, Nicolás Maduro simboliza la continuidad de una lucha centenaria, la de los que se niegan a ser colonia. Así como Bolívar enfrentó a los imperios de su tiempo, y Fidel Castro venció en Playa Girón, Maduro sostiene con firmeza la bandera de la soberanía venezolana frente a la maquinaria bélica más poderosa del planeta.
En este contexto decisivo, su figura ya desborda las fronteras de Venezuela. Ha pasado a ser referente de dignidad para quienes creen en una América Latina independiente, unida y en paz. La épica bolivariana renace en un nuevo capítulo, en el que la defensa de la Patria de Chávez se convierte en defensa de la Patria Grande.
Porque si finalmente el imperialismo se atreve agredir militarmente a Venezuela, la memoria insurgente de nuestros pueblos despertará.
Cuando llegue el momento de revisar las grandes gestas de América Latina frente a los imperialismos de turno, Nicolás Maduro será referente como aquel que, en un tiempo de amenazas y tempestades, mantuvo en alto la antorcha de la independencia de América Latina.















