Buenos Aires, 6 dic (Sputnik).- Investigadores de Argentina identificaron una nueva especie de dinosaurio acorazado enano, bautizado como Patagopelta cristata, al analizar restos fósiles hallados en los últimos años en la provincia de Río Negro (Argentina, sur), en el norte de la Patagonia, informó el lunes el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet).
“El estudio adquiere relevancia dado que Patagopelta es la primera especie de anquilosaurio descripta para el territorio continental de la Argentina, lo que llena el vacío existente para este grupo y suma un nuevo tireóforo a los escasísimos restos incompletos e indeterminados conocidos para nuestro país de este tipo de dinosaurios ornitisquios”, dijo Facundo Riguetti, primer autor del trabajo y becario doctoral del Conicet, citado en un comunicado de la entidad.
El Patagopelta cristata es una nueva especie de anquilosaurio nodosáurido que vivió hace unos 70 millones de años a fines del período Cretácico (comenzó hace 145 millones de años y terminó hace 66 millones de años).
Se caracteriza por la presencia de elementos femorales y semianulares cervicales únicos, que incluyen placas óseas laterales de cresta alta en los semianillos y una cresta muscular fuertemente desarrollada en la superficie anterior del fémur, lo mejor conservado del fósil.
“Aunque los huesos no permiten reconstruir a un animal completo, ni proceden de un mismo individuo, fueron suficientes para que los especialistas pudieran comprender que se encontraban frente a una nueva y única especie”, dijo el Conicet.
Otro de los restos más importantes y distintivos es una porción de la armadura del cuello, con espinas y crestas particulares de este ejemplar.
“Este es el motivo por el cual se lo bautizó Patagopelta cristata, que significa coraza crestada de Patagonia”, añadió.
Los nodosáuridos son un grupo de anquilosaurios que evolucionó en el hemisferio norte, pero hacia finales del Cretácico un puente continental se estableció entre Sudamérica y Norteamérica, lo que permitió el intercambio biológico entre hemisferios, explicó el centro.
Mientras hacia el norte emigraron dinosaurios de cuello largo como los titanosaurios, del norte hacia el sur ingresaron dinosaurios de pico de pato y anquilosaurios nodosáuridos, además de lagartos y mamíferos como las comadrejas o zarigüeyas, agregó.
Según el estudio, publicado en la revista Journal of Systematic Palaeontology, el tamaño de esta especie puede estar vinculado a un caso de enanismo.
Ese evento biológico “implica que debido a la escasez de recursos sólo los ejemplares más pequeños tienen posibilidades de sobrevivir en las islas, dado que demandan menos manutención al ambiente”, afirmó Riguetti.
El científico explicó que a finales del Cretácico el norte de la Patagonia se vio invadido por un brazo del océano Atlántico conocido como Mar de Kawas, que restringió el paso a muchas especies, varias de las cuales se adaptaron a la vida en las islas del norte de la Patagonia.
“Es probable que esto se relacione con el enanismo en anquilosaurios y también en los titanosaurios saltasaurinos de esa época”, agregó.
Según el tamaño del fémur, de unos 25 centímetros, el dinosaurio debía medir entre dos y tres metros de largo, cuando en general los anquilosaurios miden entre cuatro y cinco metros.
Los huesos fueron hallados en diferentes investigaciones en la localidad de Salitral Moreno, ubicada al sur de la ciudad de General Roca, en la provincia de Río Negro.
Uno de los elementos más abundantes colectados en Salitral Moreno corresponde a las piezas individuales que componen la extensa armadura protectora, llamados osteodermos -escudos de hueso formados bajo la piel- similares a los escudos que hoy en día se pueden ver en el lomo de los cocodrilos y yacarés, dijo el Conicet.