por Jorge Gálvez (Coodinador Nacional del Mov. SOBERANISTAS De Chile)
El vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Diosdado Cabello, criticó al presidente chileno Gabriel Boric tras sus reiterados ataques hacia el gobierno del presidente Nicolás Maduro. En su programa televisivo “Con el Mazo Dando” Cabello cuestionó la supuesta filiación izquierdista de Boric, acusándolo de ser un servil de Estados Unidos y un aliado de la derecha más reaccionaria de América Latina.
Cabello no se guardó nada y dejó en claro su postura:
“Boric, Boboric, desde la izquierda política, izquierda política, tú no eres de izquierda nada, mamarracho. Tú eres un disfraz, tú eres un disfraz, Boric, un mal disfraz eres. Jamás has sido de izquierda. Un hombre de izquierda es Allende, ¿tú te pareces a Allende? Ah, ¿por qué no eres como Allende si eres de izquierda? No, tú no eres de izquierda nada. Tú eres de derecha, te da pena decirlo porque así son los de derecha, no lo asumen. No lo asumen los neoliberales, no dicen en ninguna parte que son neoliberales. Tú eres un mamarracho servil de los gringos…”
Estas declaraciones surgen en un contexto donde Boric ha adoptado una postura crítica constante hacia Venezuela, alineándose con los discursos promovidos por Washington. Sus señalamientos contra Maduro han sido frecuentes, reforzando las narrativas de injerencia que buscan deslegitimar los procesos democráticos venezolanos.
Allende: El contraste que incomoda
Cabello no dudó en comparar a Boric con Salvador Allende, el presidente mártir de Chile, cuya coherencia y compromiso con los ideales socialistas lo convierten en un referente histórico de la verdadera izquierda. Según Cabello, Boric no solo traiciona este legado, sino que lo deshonra al tomar posturas alineadas con los intereses de Estados Unidos y la derecha internacional.
La figura de Allende, que defendió la soberanía y los derechos de los trabajadores chilenos hasta las últimas consecuencias, contrasta con la política ambigua y servil de Boric. Este último, en palabras de Cabello, representa una máscara que intenta ocultar su verdadero rostro: el de un neoliberal disfrazado.
Boric: Una trayectoria marcada por incoherencias
El discurso de Cabello pone en evidencia las contradicciones de Boric, quien en reiteradas ocasiones ha adoptado posiciones que lo alejan de los principios históricos de la izquierda latinoamericana. Por un lado, se ha posicionado junto al mandatario ucraniano Volodímir Zelenski, cuyo gobierno es ampliamente señalado por sus vínculos con el neonazismo y su servilismo hacia la OTAN y Estados Unidos. Por otro lado, ha mantenido relaciones políticas y económicas con Israel, sin condenar abiertamente las políticas genocidas del gobierno sionista contra el pueblo palestino.
La supuesta neutralidad de Boric frente a los crímenes de Israel contrasta con sus rápidos y vehementes señalamientos hacia gobiernos progresistas de la región. Este doble estándar refuerza las críticas de quienes lo ven como un actor que, lejos de representar los intereses de la izquierda, se posiciona como un aliado funcional al neoliberalismo global.
En el ámbito nacional, Gabriel Boric ha demostrado una profunda incoherencia al presentarse como un líder progresista mientras perpetúa y profundiza las estructuras del neoliberalismo. Su gobierno ha fortalecido las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), manteniendo un sistema que lucra con las pensiones de los trabajadores, a pesar del rechazo mayoritario de la ciudadanía. Además, ha decidido conservar el Crédito con Aval del Estado (CAE), una deuda que asfixia a miles de jóvenes y sus familias, consolidando así el negocio de la educación como un privilegio en lugar de un derecho.
A esto se suma el rescate económico a las ISAPRES, aseguradoras privadas de salud que han sido denunciadas por vulnerar derechos básicos de los pacientes, mientras continúa ignorando las necesidades de un sistema de salud público y universal. En el ámbito internacional, Boric ha reafirmado su alineación con los intereses globalistas al firmar tratados como el CPTPP-11, un acuerdo que subordina la soberanía nacional a tribunales internacionales que privilegian a las corporaciones transnacionales.
En el plano interno, su administración ha intensificado la represión contra el pueblo mapuche, criminalizando sus demandas históricas y recurriendo a la militarización de la Araucanía, en una política que recuerda más a los gobiernos de derecha que a un proyecto verdaderamente transformador. Este conjunto de decisiones revela el verdadero rostro de Boric: un líder que, detrás de un discurso progresista, perpetúa el neoliberalismo y defiende los intereses de las élites económicas y políticas, tanto nacionales como internacionales.