por Jorge Gálvez Presidente de la Unión Bicentenaria de los Pueblos UBP-Chile
Con el grito “¡Muerte al Fascismo!” se despidió de Chile
Con un grito cargado de emoción, el Embajador de Venezuela en Chile, Arévalo Enrique Méndez Romero, se despidió de Chile con el resonante grito de “¡Muerte al Fascismo!”. Este emblemático General Bolivariano, compañero del Comandante Hugo Chávez, dejó una huella imborrable en la diplomacia y en la lucha por los ideales bolivarianos en Chile.
La decisión de despedirse de Chile es una respuesta directa a la interferencia del gobierno chileno en los asuntos internos de Venezuela, específicamente al desconocer las elecciones presidenciales, cuestión que compete exclusivamente al pueblo venezolano. Este acto viola la soberanía nacional. Desde la perspectiva del gobierno del presidente Nicolás Maduro, esta interferencia es inaceptable y representa una falta de respeto a la autodeterminación del pueblo venezolano. La alineación de Chile con las políticas de Washington limita su capacidad para formular y ejecutar una política exterior que responda a sus propios intereses nacionales y regionales. Cuando un país se subordina a los mandatos de una potencia extranjera, compromete su soberanía y su capacidad para actuar en beneficio de su propia población.
Un General Bolivariano
Arévalo Méndez integrante del grupo de militares del Movimiento Bolivariano MBR-200. Organización inspirada por el pensamiento del Libertador Simón Bolívar, Simón Rodríguez y Ezequiel Zamora. Méndez, graduado en la Academia Militar de Venezuela, ostenta el grado de General de Brigada y es licenciado en Ciencias y Artes Militares, con mención en Administración. Además, posee una Maestría en Seguridad y Defensa del Instituto de Altos Estudios de la Defensa.
Compañero de Hugo Chávez
Nacido el 1 de octubre de 1952 en Machiques, cerca de Maracaibo, Arévalo Méndez conoció a Hugo Chávez en agosto de 1971, cuando ambos ingresaron como cadetes a la Academia Militar de Venezuela. Esta institución, que Chávez denominaba “la casa de los sueños azules” por el color de su uniforme de gala, fue el escenario donde comenzó una profunda amistad y una alianza en la lucha por los ideales socialistas y bolivarianos.
Méndez recuerda aquellos días con nostalgia y admiración, destacando cómo, por primera vez, se estudiaban en la academia las teorías y concepciones de los modelos políticos y sociales sin la influencia de la doctrina militar norteamericana. Era un tiempo de debates sobre el marxismo, el socialismo, el capitalismo y las corrientes geopolíticas mundiales dominantes.
Una Carrera Brillante
Después de graduarse en 1975, Méndez continuó su formación con un curso de Estado Mayor en Brasil, fue profesor en la Academia Militar y cumplió diversas misiones en la zona fronteriza. Alcanzó el grado de General de Brigada y se destacó como experto en defensa y en el análisis geopolítico internacional.
Diplomático y Amigo de los Pueblos
En 1999, cuando Chávez asumió su primer período presidencial, invitó a Arévalo Méndez a ser su secretario privado, un cargo de máxima confianza. Entre 2000 y 2005, Méndez se desempeñó como vicecanciller del Gobierno de Chávez, participando en numerosos foros internacionales. En 2005, fue nombrado embajador de Venezuela en España y, en 2007, en Argentina, donde ayudó a aliviar una crisis diplomática entre ambos países.
En 2013, llegó a Chile como embajador designado por Nicolás Maduro, pocos meses después del fallecimiento de Chávez. Entregó sus cartas credenciales el 21 de noviembre de 2013 en La Moneda, iniciando una etapa de destacada actividad diplomática en defensa de los intereses de su patria. En Chile, desarrolló una cercana amistad con los movimientos populares, especialmente con la Unión Bicentenaria de los Pueblos (UBP-Chile).
Un Legado Imperecedero
Convencido del proyecto socialista bolivariano, Arévalo Méndez siempre brindó claridad y conocimiento sobre el análisis geopolítico internacional. Su legado como luchador antifascista, defensor de los ideales bolivarianos y diplomático ejemplar perdurará en la memoria de todos aquellos que tuvieron el honor de conocerlo. Su despedida de Chile no es un adiós, sino un hasta siempre para un verdadero patriota y amigo de los pueblos y de la UBP-Chile. Hasta la Victoria siempre Compañero Embajador.
