Francisco Bravo Atias
Santiago, 22 dic (Sputnik).- La Convención Constitucional de Chile está ad portas de comenzar un periodo clave. Tras cinco meses de funcionamiento, que fueron usados para crear el reglamento, el organismo se prepara para empezar a redactar los primeros artículos de su propuesta de Carta Magna, la que deberá ser presentada el próximo año y votada por la ciudadanía en un plebiscito nacional.
Aunque la atención de los asambleístas está enfocada en ese proceso, de reojo miraron lo que sucedió el domingo 19 de diciembre en la elección presidencial, en la que el abanderado del bloque de izquierda Apruebo Dignidad, Gabriel Boric, obtuvo la victoria, imponiéndose sobre el candidato del Partido Republicano (ultraderecha), José Antonio Kast, con un 56 por ciento de los votos contra un 44 por ciento.
A pesar de que la Convención es un órgano autónomo del Ejecutivo, ninguno de los 155 constituyentes fue indiferente al resultado de la elección, ya sea por la implicancia política y simbólica que significa la relación entre la asamblea y el Gobierno o por los efectos prácticos que se van a generar el próximo año, principalmente en lo relacionado al rol de actor garante que debe interpretar el Ejecutivo para facilitarle las cosas a la asamblea.
DUDAS, MIEDOS Y OPORTUNIDADES
Amaya Álvez es doctora en derecho, activista por los derechos humanos y una de las 155 convencionales constituyentes. Milita en el partido de izquierda Revolución Democrática y manifestó su apoyo a Boric para la elección presidencial. En conversación con la Agencia Sputnik, señaló que si Kast llegaba a la presidencia, la labor de la Convención se hubiese tornando “más dificultosa”.
“Aunque, jurídicamente, nuestro trabajo está garantizado por la actual Constitución y nuestro mandato seguirá existiendo independiente de quien sea presidente, políticamente hablando no daba lo mismo. Kast fue el principal líder de la campaña del rechazo durante el plebiscito constitucional de 2020 y fue uno de los mayores defensores de la Constitución de 1980 redactada durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), una postura que va a contrapelo del proceso constitucional que llevamos adelante”, señaló.
Álvez afirmó que la asamblea necesita gestiones específicas del Ejecutivo para llevar a cabo algunas tareas, por ejemplo, la realización de un plebiscito ciudadano para dirimir normas constitucionales, llevar a cabo una consulta indígena o realizar campañas informativas de difusión nacional sobre el trabajo de la Convención.
Destacó que para gestionar esta y muchas otras tareas “necesitamos la ayuda el Gobierno, y eso peligraba si hubiese ganado Kast”.
“El día en que la Constituyente comenzó sus tareas en julio de este año, no pudimos sesionar porque no estaban dispuestos los micrófonos, las pantallas ni el internet. Esa misma displicencia que ha mostrado el presidente Sebastián Piñera hubiese continuado con un gobierno de Kast”, agregó.
La derecha está en desventaja en la asamblea, ya que solo ostenta 38 de los 155 escaños que posee el organismo. Por eso mismo, veían como una oportunidad que Kast hubiese ganado la elección, ya que su figura habría servido de contrapeso al liderazgo progresista que ejerce la Convención en la sociedad.
En la vereda de en frente, en la derecha también existía incertidumbre por la elección presidencial. La convencional Teresa Marinovic, académica y columnista de derecha apoyada por el Partido Republicano, señaló a la Agencia Sputnik que uno de los temores en su sector era que si Kast triunfaba, los convencionales de izquierda hubiesen optado por incluir una norma que acorte el próximo periodo presidencial.
Este debate se está dando actualmente dentro de la Convención. Varios constituyentes ya postulan que el próximo Gobierno debe durar solo dos años y no cuatro, como una especie de periodo de transición para que los chilenos elijan un nuevo presidente bajo las nuevas reglas de la próxima Constitución. Pero Marinovic duda que eso ocurra con el triunfo de Boric, dada la hegemonía que tiene la izquierda en al asamblea.
“La actitud de los extremistas y la ultraizquierda hacen pensar que no sería improbable que ellos hubiesen acortado el periodo de mandato de Kast. Cuando ves posturas antidemocráticas como las que mostraron los violentistas durante las protestas en las calles, hay que esperar lo peor de ese sector”, afirmó.
Asimismo, adelantó que si la izquierda “sigue con esa actitud de arrogancia, y la propuesta final de Constitución no respeta las libertades, votaremos para rechazar el texto en el plebiscito de salida de 2022”, cerró.
POSTURAS OPUESTAS
Gabriel Boric manifestó durante toda su campaña que su Gobierno acompañará y apoyará a la Convención y que se preocupará de respetar su autonomía. En su programa de Gobierno, el candidato incluyó un apartado especial sobre este tema, afirmando que realizará “todas las gestiones para el éxito del proceso constituyente”.
Boric elaboró un listado enumerando todas las posturas de su eventual mandato frente a la asamblea y sus decisiones.
“Respetaremos su autonomía, promoveremos la participación ciudadana, informaremos a la población de forma pedagógica de los contenidos de la propuesta de Constitución durante el periodo de campaña del plebiscito de salida y nos abocaremos a implementar la nueva institucionalidad aprobada durante nuestro Gobierno”, consignó.
Aunque Kast afirmó en un debate televisivo que también hubiese sido un facilitador del proceso constituyente, desde que se implementó la Convención él fue uno de los principales críticos al trabajo de la asamblea.
“La Convención lleva 23 días de funcionamiento y no ha hecho absolutamente nada. Al país le cuesta miles de millones de pesos financiarla”, tuiteó en julio.
Y en octubre escribió en la misma red social: “Muchos me preguntan por el futuro de la Convención y si tengo esperanza en sus resultados. Después de 3 meses de chacota (desorden), aumento de asignaciones, escándalos e insultos, la verdad que no”.
Además, Kast y sus partidarios presuntamente difundieron una serie de noticias falsas contra la Convención, como una supuesta fiesta descontrolada que tuvieron algunos convencionales en Concepción (centro sur) o una inexistente propuesta de la izquierda para eliminar la bandera chilena y los símbolos patrios.
Estas “fake news” lograron penetrar en cierta parte de la ciudadanía y mermar su confianza en el proceso constituyente. Según la encuestadora Activa, un 47 por ciento de los chilenos no confía en el trabajo de los asambleístas.
Boric se impuso en la segunda vuelta de la elección presidencial el pasado domingo 19 de diciembre con 4,6 millones de votos, convirtiéndose en el presidente más votado de la historia de Chile.