Hugo Farías Moya
La derecha ha estado ganando la batalla en la instalación de la Convención constituyente, qué duda cabe. Claro que no en los votos sino en la opinión pública. El pueblo en su totalidad, es decir, el ciudadano de a pie está emputecido con o sin justa razón sobre lo que está ocurriendo. A más de un mes y medio de instalada la convención esta ha caído en el descrédito, tanto por errores propios o porque ingenuamente terminaron pisando el palito de las provocaciones de la derecha.
Una idea de Convención constitucional, que se ganó el aprecio y las esperanzas de gran parte del pueblo que los eligió, de a poco ha ido cambiando su postura sobre lo que está sucediendo.
La derecha obtuvo un miserable 22% de los votos, es decir ni siquiera tenían capacidad de veto para rechazar las leyes. Ese mismo veto que le habían otorgado con las firmas de la derecha y la nueva derecha de Chile, me refiero a la Ex Concertación, para salvar al gobierno de Piñera durante el estallido social de octubre del año 2019.
¿Qué ha estado ocurriendo? Durante los primeros días de las reuniones de la Asamblea Constituyente, no existían computadores, no se habían instalado los micrófonos, ni televisores, ni menos lugares de comida. El gobierno de Piñera apostó a la improvisación o en forma deliberada a que esto no funcionara. Puede ser por desidia o inoperancia de la empresa que se contrató para estos efectos, pero si fue de adrede o no, esto de los primeros días de trabajo de la Asamblea fue un profundo fracaso.
Aparte de esto, se produjo una ocupación desmedida de fuerzas de seguridad alrededor del ex Congreso Nacional que, digámoslo por su nombre, ayudó a retrasar el inicio del juramento de los convencionales. De hecho, los convencionales más acertados pidieron el retraso del inicio del juramento, que se retomó con más de dos horas después, porque la represión desmedida hacia la población que se agolpaba a los alrededores, daban cuenta de un triste espectáculo, que no podía ser indiferente ante nadie.
Si esto llegó a buen puerto fue solamente por la oportuna y el buen manejo de la situación y bien ponderado liderazgo de la secretaria relatora del Tricel que, con su comprensión y dulzura logró apaciguar los ánimos, que a esa altura estaban caldeados. Carmen Gloria Valladares se convirtió ese día en el símbolo de nuestra historia republicana y mostró una lección de buen juicio en el manejo de una crisis que estaba lejos de apaciguarse.
Continuando con este tema. Todos, sin excepción, queremos que esto funcione y llegue a buen puerto. Pero los errores de los convencionales de oposición han hecho que la derecha se frota las manos, porque, vuelvo a decir, apuestan al fracaso.
Con las primeras elecciones de los cargos, uno de los más atinados y acertados es la elección como presidenta de la Convención a Elisa Loncón. Es como nuestra madre ancestral, profesional, culta, profesora universitaria, que como siempre en estos casos, la derecha inculta e ignorante, la quiso bajar de su estatura moral.
Con los días, la derecha al ver su fracaso y mermada su capacidad de influir en las comisiones, optó por el espectáculo, con dos de sus convencionales más mediáticas. Me refiero a la loca de Teresa Marínovic y la ultra fascista de Marcela Cubillos, quien, por esos curiosos destinos de la vida, estuvo a cargo de la educación de nuestros niños como flamante ministra de educación.
Teresa la loca, se ha encargado de insultar, agredir, festinar a la presidenta Elisa Loncón y esta, con toda la dignidad de mujer mapuche la ha hecho callar. Sin embargo, en el ambiente colectivo han quedado para la posteridad los conflictos y no el objetivo principal de la Convención que es redactar una nueva Constitución.
Marcela Cubillos, como fiel representante de la derecha y esposa del fascista ministro de defensa Andrés Allamand, no lo ha hecho peor, es más se ha tratado de equiparar en el protagonismo con Teresa La Loca y se ha mandado una serie de frases para el bronce. En una de ellas dijo sin arrugarse: “La Convención Constituyente quiere imponer la dictadura de las mayorías”. Ella, que es la fiel representante de la dictadura más infame de la historia de Chile, cuyo padre las ofició de Ministro de Pinochet, no puede ser más que patético tal comentario.
Otro error no forzado es la de impedir que el ex Almirante de la Armada de Chile, Jorge Arancibia y ex Edecán de ese asesino de Pinochet, no integre la Comisión de derechos humanos de la Convención. No porque su hoja de servicio esté impecable, sino porque le dio una semana a la derecha chilena para cacarear por los derechos humanos del Almirante. Vaya paradoja. La derecha chilena defendiendo la libre expresión.
Pero lo peor de esto no es que provoquen con sus intervenciones, sino que han conseguido el objetivo del cual se trazaron, que es de desprestigiar y desacreditar la única Convención Constituyente que se ha elegido en Chile por la vía de los votos. Ya nadie habla del noble objetivo para el cual fueron elegidos, sino de la bolsa de gatos en la cual se convirtieron.
Los convencionales de la oposición no lo han hecho mejor en todo caso. Es más, en una serie de errores no forzados, la comisión de finanzas, con el apoyo casi unánime de los convencionales, resolvió subirse el sueldo de 2,5 millones a 4 millones de pesos. Nadie podría negar la autonomía que la Convención Constitucional tiene en esta materia, pero subirse el sueldo que ya estaba acordado antes de la elección de los constituyentes, me parece, no solamente a mí sino al ciudadano de a pie, por lo menos de muy mal gusto. Ya quisiera cualquier chileno tener esas condiciones laborales. Es por lo menos un insulto.
Muchos chilenos, por no decir casi todos, me incluyo por supuesto; no es recibido con agrado, que los diputados y senadores se suben su sueldo ellos mismos (de ahí entonces el rechazo y desprestigio que tiene nuestro Congreso Nacional), para ver que la nueva Convención constituyente hagan lo mismo.
Por supuesto que esta fue una de las tantas causas del estallido social de octubre del año 2019 y que justamente dieron el nacimiento de la Convención Constituyente. El hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. No corresponde que, al igual que diputados y senadores, los convencionales sean tan diligentes en legislar beneficios propios y tan torpes en trabajar por el bien común.
Estamos a un mes y medio desde el inicio de la Convención. ¿No es mucho pedir que comiencen a trabajar en serio? Todos sabemos que los chilenos no tienen mucha paciencia con esto. Suelen castigar con los votos a quien lo hace mal. Esto último lo vimos en las recientes elecciones de Alcaldes y concejales. También suelen ser desconfiados y también envidiosos. Si se llegara a votar hoy como lo está haciendo la Convención, sin duda esto no pasaría del 30% de los votos. Siendo generoso en todo caso. El mensaje es nítido como el agua, si no se hace bien, esto no se aprobará.
Espero y esperamos los chilenos, que toda esta mala publicidad que se han hecho los mismos convencionales en este tiempo se logre revertir, por el bien de los chilenos, que tienen sus esperanzas puestas en sus manos.
Si alguien quiere publicar este artículo en sus redes sociales a su página web se lo agradezco de antemano.
“Teresa la loca, se ha encargado de insultar, agredir, festinar…”, por un lado se critica a Marinovic pero por otro lado este artículo no lo hace mejor, ¿de qué estamos hablando? Marinovic no es santa de mi devoción precisamente pero cuando se la denosta de esa manera ¿no están haciendo algo similar a un insulto, agresión? Hay que contrarrestar con ideas, principios, fundamentos…Lo otro, la decisión de subirse el sueldo (o asignación, como se llame) indicaría entonces que los “honorables” no estaban tan equivocados…a mí me ha ido decepsionando la CC justamente por estos errores no forzados…será la raza el problema entonces?