Caracas (360Noticias) En medio de crecientes tensiones internacionales y una clara amenaza militar por parte de Estados Unidos, aterrizó en Caracas un segundo avión de transporte ruso IL-76TD, perteneciente a la compañía Aviacon Zitotrans, con una carga aún no revelada. Este arribo se produce apenas días después del primer vuelo, registrado el 27 de octubre, también con destino a Caracas y bajo una misión no divulgada oficialmente.
Cabe recordar que Aviacon Zitotrans fue sancionada por el Departamento del Tesoro de EE.UU. en enero de 2023, acusada de colaborar con el Grupo Wagner y de apoyar al complejo militar-industrial ruso. Sin embargo, la cooperación entre Moscú y Caracas se enmarca en un acuerdo estratégico recientemente ratificado entre ambos países, orientado a reforzar la defensa mutua, la cooperación técnico-militar y la soberanía energética.
La llegada de estos aviones rusos ocurre mientras Venezuela se encuentra en máxima alerta ante la inminente amenaza de una agresión militar estadounidense. En las últimas semanas, fuentes internacionales han reportado que ocho buques de guerra norteamericanos, un submarino nuclear y un barco de propósito especial se encuentran desplegados en el Mar Caribe, bajo cobertura aérea desde bases militares estadounidenses en la región. Entre los medios identificados figuran bombarderos estratégicos B-52, aviones furtivos F-35 y unidades de vigilancia avanzada.
A este despliegue se suma el portaaviones USS Gerald R. Ford, considerado el más poderoso del mundo, acompañado por cinco buques de escolta que actualmente navegan rumbo a las costas venezolanas desde el Atlántico. Según estimaciones de fuentes militares, la fuerza total involucrada podría alcanzar los 16.000 efectivos, configurando el mayor movimiento militar estadounidense en el Caribe desde la invasión a Panamá en 1989.
Frente a este escenario, el gobierno del presidente Nicolás Maduro ha reafirmado su compromiso con la defensa integral de la Patria, la soberanía nacional y el derecho de Venezuela a establecer alianzas estratégicas con países amigos. Analistas señalan que la presencia de aeronaves rusas forma parte de la preparación preventiva ante cualquier intento de agresión externa, dentro de una doctrina de defensa popular y disuasión soberana.
En este contexto, Caracas no solo refuerza sus capacidades logísticas y militares, sino que también consolida su posición geopolítica como bastión de resistencia antiimperialista en América Latina. La coordinación entre Rusia y Venezuela evidencia una alianza estratégica en ascenso, basada en el respeto a la autodeterminación de los pueblos y en la defensa de un orden mundial multipolar frente al hegemonismo occidental.
Fuentes en Caracas no descartan que en los próximos días se registren nuevas llegadas de aeronaves rusas, lo que confirmaría que Venezuela se prepara con serenidad, firmeza y soberanía para cualquier escenario de defensa nacional.











