En el nombre de Dios, el Compasivo, el Misericordioso
Saludos a todos los amigos. Hoy es mi primera rueda desde que nuestro Irán ha sido objeto a la más brutal agresión del régimen de ocupación. Hoy es el cuarto día de nuestra defensa nacional contra una agresión abierta. En la mañana del viernes 11 de junio, mientras mis compatriotas dormían y nuestro pueblo se preparaba para una gran festividad, el régimen sionista invadió nuestro territorio utilizando todo tipo de armas, muchas de las cuales fueron donadas por Estados Unidos.
Un grupo de nuestras grandes figuras en el ámbito de la defensa, la ciencia y el conocimiento, y un gran número de nuestros compatriotas inocentes fueron asesinados durante esta cruel agresión.
Mis condolencias a todas las familias, a la nación iraní y a todos los pueblos libres del mundo por este crimen y por el martirio de estas grandes personas. El recuerdo de todos y cada uno de estos seres queridos permanecerá siempre en la orgullosa historia de Irán.
Tras este gran crimen, tras cometer esta agresión imperdonable, con todas nuestras fuerzas, con la ayuda de Dios de Irán, iniciamos una fervorosa batalla y continuaremos con fuerza. Nuestra respuesta al régimen sionista es la defensa, la legítima defensa según el Derecho Internacional, la razón y la lógica humana.
Todos aquellos, todos los países que apoyaron a este régimen de alguna manera o intentaron justificar esta agresión, son considerados cómplices y socios en esta agresión, y sus nombres permanecerán en la memoria de los iraníes y de los pueblos de la región como cómplices del crimen, como socios del crimen.
La agresión del régimen sionista contra Irán no ocurrió en el vacío. Esta agresión es una continuación de las barbaridades que han convertido a nuestra región en un foco de inestabilidad y violencia durante las últimas ocho décadas, y la han convertido en un escenario de guerras permanentes. Un régimen que, simultáneamente con esta agresión, comete genocidio en Palestina ocupada, y quisiera transmitirles a todos los presentes que no debemos olvidar los crímenes que se están cometiendo actualmente en Cisjordania y Gaza, porque se está produciendo otra agresión. Los territorios de dos países islámicos siguen bajo ocupación por este régimen.
La impunidad de este régimen y el apoyo incondicional de Estados Unidos y los países occidentales a este régimen han expuesto la paz y la seguridad de la región y del mundo a una amenaza sin precedentes. Por lo tanto, mientras defendemos a la nación iraní con todas nuestras fuerzas y apoyamos a nuestras valientes fuerzas armadas con todas nuestras fuerzas, recordamos la responsabilidad de todos los países, la responsabilidad de todos los Estados miembros de las Naciones Unidas: si realmente creen en los principios consagrados en la Carta de las Naciones Unidas y en el principio de no recurrir a la fuerza, si creen en el principio del estado de derecho en el ámbito internacional, si creen en el sistema de seguridad colectiva, deben actuar ya. El Consejo de Seguridad de la ONU debe cumplir con su deber.
El discurso de doble rasero, las palabras que meramente buscan justificar la agresión, las palabras que pretenden igualar la postura del agresor con la del país atacado y exigen moderación a Irán, no son más que hipocresía e irresponsabilidad.
Los ataques del régimen sionista en estos cuatro días se han dirigido contra zonas residenciales. Han amenazado las instalaciones nucleares pacíficas de Irán: las instalaciones nucleares de Natanz e Isfahán. Esta medida viola absolutamente todas las normas y reglas internacionales. El ataque contra zonas residenciales, el asesinato de nuestras figuras militares cuando no había guerra, el asesinato de ciudadanos iraníes inocentes y la matanza de iraníes en zonas residenciales mientras ellos hacían sus vidas normales en sus propios hogares.
Hoy quiero contarles algunas historias, las historias de los hijos de nuestra tierra.
Ehsan Eshraqi era un hombre de este pueblo; era solo un padre, un simple empleado de banco que iba a trabajar cada mañana con pan fresco y un beso en la frente de su hijita. En la brutal y despiadada agresión del régimen sionista contra las zonas residenciales de Teherán, un misil cayó justo en medio de sus vidas. Ehsan y su hija no tenían una bomba atómica ni representaban una amenaza para nadie; eran solo un padre y una hija cuyo crimen era vivir, pero incluso su respiración era insoportable para un régimen que teme a los niños, para un régimen que considera el asesinato de niños como su diversión. Ahora sus lápidas están una al lado de la otra. En la lápida de la niña está escrito: “¿Una niña de nueve años que fue víctima sin saber por qué?”.
Mohamad Mahdi Amini, un pequeño héroe que dejó sus sueños bajo los escombros. Mohamad Mahdi era solo un niño; Un niño feliz y vivaz que amaba el taekwondo. Al ponerse su uniforme blanco de ejercicio, y al atarse cuidadosamente su cinturón amarillo; su sonrisa de satisfacción tenía un brillo especial. Era un campeón de podios, no titulares horrorosos de las noticias, pero el brutal ataque del régimen infanticida le escribió un mal juego. El niño que se suponía que algún día subiría al podio, ahora yace silenciosamente enterrado. El padre que siempre lo llevaba al gimnasio emprendió su último viaje con su hijo, esta vez sin retorno, y la madre que se quedó sola, una madre con un pequeño uniforme de taekwondo en el brazo, que abraza los sueños de su hijo por las noches.
La narrativa continúa con Mayid Tayan Yari, la narrativa de un sueño inconcluso. Había regresado con una maleta llena de códigos silenciosos, ideas puras y un corazón que latía por Irán incluso más allá de las fronteras. Mayid, hijo de ciudad de Amol, no solo era un experto en inteligencia artificial y programación, sino un soñador que quería reescribir el futuro de Irán. Regresó hace tres años, no por gloria personal, ni por dinero ni fama, sino para servir, para que un adolescente de un pequeño pueblo o un niño de un barrio remoto pudieran aprender a programar en el lenguaje del futuro. Quería popularizar la tecnología, hacer que la ciencia fuera prometedora y accesible. Tenía un sueño: que Irán no fuera solo un consumidor de tecnología, sino también su creador, pero cayó víctima; víctima de la falsa afirmación de que “No tenemos nada que ver con el pueblo de Irán”. No era un individuo común y corriente. En una época en la que muchos solo piensan en salvarse, él pensó en educar a otros. Era esperanza, y la esperanza es el mayor enemigo de la oscuridad.
Zahra Shams Bajsh; Zahra tenía un entusiasmo por la vida. La alegría de explorar y descubrir era infinita para ella. A veces paseaba en bicicleta por las calles. A veces se enfrentaba a las dificultades de escalar rocas y montañas en el frío y la nieve para observar desde la cima. Para ella, el viaje fue el comienzo de una historia, una historia que vio y narró ella misma. Zahra, quien escuchaba atentamente a sus amigas, te invitaba a una taza de té y a una hora de conversación en el punto álgido de los problemas. Basta decirle que me partía el corazón; ella era la que llegaba de los lugares más remotos. Era la que preparaba sus maletas para viajes y excursiones, y preparaba su equipaje para que la vida no se desvaneciera ante la tristeza. Caminar con ella y a su lado durante días y horas, dar vuelta por las calles, reír y llorar, era el secreto de una profunda amistad cuyas piezas se reconstruían cada día. Con ese misil de Netanyahu que impactó el “Edificio Sarv”; el mundo no solo perdió a una chica apasionada y amante de la vida, sino también a una facilitadora y promotora de la vida y la bondad, una persona que era mil.