El bobo del barrio Gabriel Boric: el último aliado del neonazi Zelenski

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por Jorge Gálvez (Coordinador Nacional del Mov. Soberanistas)

La reciente declaración de Donald Trump, en la que calificó a Volodímir Zelenski como un “dictador sin elecciones” y advirtió que “Ucrania podría desaparecer”, ha evidenciado a nivel internacional lo que muchos ya venían denunciando desde incluso antes de la “Operación Especial de Rusia.

La crítica y  respuesta a las palabras de Trump no vino de Europa ni de Estados Unidos, sino de América del Sur, donde el presidente de Chile, Gabriel Boric, se apresuró a defender al dictador ucraniano, evidenciando nuevamente las incoherencias y contradicciones de su política internacional.

Boric tachó de “inaceptables” las palabras de Trump, alegando que “la mejor defensa de un país como el nuestro es el respeto al derecho internacional, el sistema multilateral y los derechos humanos”. Sin embargo, esta afirmación choca con su propia política exterior: el mismo Boric que dice defender la soberanía y el derecho internacional ha intervenido de manera insistente en los asuntos internos de Venezuela, desconociendo su autodeterminación y sumándose a la agenda de agresión impulsada por la ultraderecha internacional.

La posición de Boric en este conflicto debe entenderse en el marco de la pugna entre dos facciones de la burguesía global: por un lado, los globalistas liberales encabezados por George Soros, los Rothschild y otros personajes; por el otro, los globalistas “nacionalistas cristianos” liderados por Trump. Boric, sin lugar a dudas, responde a la política de Soros; es un peón del proyecto globalista liberal, alineado con la narrativa pro-Zelenski que cada vez pierde más respaldo en el escenario mundial.

Mientras Washington, ante la inminente derrota militar de la OTAN, da un giro en su postura hacia Ucrania y busca una salida negociada en conversaciones con Rusia, de las que ni Kiev ni los europeos fueron parte, Boric insiste en un discurso desfasado, ignorando la inminente derrota de Zelenski en la guerra y su creciente descrédito político por actos terroristas, contrataciones de mercenarios neonazis, asesinatos y torturas a civiles, incluyendo un periodista chileno, entre otros crímenes.

Zelenski se ha negado a realizar elecciones en su país y su popularidad está en caída libre. A medida que Ucrania se encamina hacia una negociación impuesta por la victoria de Rusia en el campo de batalla, Boric se consolida como el último amigo de Zelenski en un mundo que ya ha comenzado a darle la espalda. Lejos de jugar un rol soberano e independiente en política exterior, Boric sigue demostrando que es, como algunos lo han llamado, “el bobo del barrio” en el tablero geopolítico.

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