Por Cecilio Ilasaca
Los procesos revolucionarios siempre los hemos conformado mediante procesos culturales emancipatorios desde nuestra identidad. Como pueblos de lucha permanente, somos conscientes de la contingencia histórica que constituyeron líneas de cambios revolucionarios y que han conducido hacia las creencias y modos de vida desde lo nuestro, desde nuestra matriz civilizatoria milenaria, hacia el camino de los principios éticos y morales de los pueblos del Sur, principios para humanizar al mundo. Hacia la TRANSFORMACIÓN histórica de los pueblos y el surgimiento de NUEVAS condiciones objetivas de existencia.
Para que nuestra patria grande plurinacional pueda dar pasos hacia la NUEVA FORMACIÓN HISTÓRICA, nuestra lucha debe ser concebida como un proceso revolucionario de carácter EMANCIPATORIO, CONTRAHEGEMÓNICO, contra el colonialismo y el imperialismo, impidiéndoles que puedan seguir respirando y reproduciéndose.
Esta lucha no es fácil. El imperio y sus títeres locales, la derecha republicana con cara de izquierda democrática, se han enquistado en el poder. Esta izquierda colonial ensaya y utiliza todos los mecanismos para acabar con el movimiento popular indígena, el más grande de la historia, es decir, acabar con los pueblos milenarios. Para ello, usan la guerra psicológica, la comunicación mediática distractiva, la judicialización, la corrupción, la persecución política y la prebenda pública a falsos dirigentes indígenas, recurriendo al pongueaje político como en los mejores tiempos del nacionalismo.
El PODER POPULAR DE LA INDIADA, de fuerza insurgente cultural y política, tiene como meta RECONSTRUIR la SOCIEDAD PLURINACIONAL desde la intelectualidad de la colectividad plurinacional, desde las bases de la INDIADA, el PUEBLO PUEBLO. Para ello, se deben generar ESPACIOS de debate sobre nuevas creencias. A partir de esa fuerza real, será posible convertirse en un poder social INSURGENTE.
En suma, el PODER DE LA INDIADA depende de “la fuerza social orgánica revolucionaria”. El PODER POPULAR DE LA INDIADA es un PROCESO EDUCATIVO cuya práctica revolucionaria irradia y enseña a los pueblos a vivir según los principios de LEALTAD, COMUNIDAD, SOLIDARIDAD y BIEN COMÚN; en síntesis, la SOLIDARIDAD SOCIAL PLURINACIONAL, que exige los principios del ama sua, ama llulla y ama kella: actuar con humanidad, ponerse al servicio de los otros, compartir entre sí y compartirse a sí mismos.
Formación política sistemática, en el horizonte del anticolonialismo y antiimperialismo consecuente, asumido y comprometido con las batallas contra el poder imperial hegemónico en cualquier lugar del mundo donde este se manifieste.
EL VERDADERO AMOR ES LA REVOLUCIÓN
La posibilidad real de recuperar una patria en la que la vida digna sea una realidad para el pueblo no se puede imponer desde arriba con la prepotencia de quienes siguen haciendo de la política tradicional una práctica sucia, delincuencial y asquerosa.
La unidad y la organización del pueblo son nuestra auténtica lucha revolucionaria: hombres y mujeres de patria que encarnan, con su ejemplo, el verdadero amor eficaz a nuestro comandante del Sur.
En momentos en los cuales el imperialismo ve amenazada su hegemonía, recrudece la guerra como método para aferrarse al poder. El capitalismo, por su parte, sigue amenazando la supervivencia misma de la especie humana con la destrucción de todas las formas de vida. Ante este escenario, se hace cada vez más pertinente el llamado que, en su momento, hizo nuestro hermano Evo Morales a la unidad del pueblo boliviano: insistir sin vacilaciones en todo aquello que nos une y prescindir de todo lo que nos separa.
Esa dura realidad que hoy vive el pueblo boliviano y la falsa democracia hacen que retumbe la voz del pueblo insurgente: “Como en aquellos momentos de la fuerza popular de los años 2000″.
Evo Morales Ayma no es solo un líder, es el símbolo de EVO PUEBLO, que se niega a arrodillarse, que defiende los intereses de la patria grande, las culturas milenarias y el futuro de las generaciones plurinacionales.
Su lucha es nuestra lucha, porque cuando las naciones somos agredidas por la tiranía de un gobierno, todos somos agredidos. Cuando un pueblo se levanta, todos nos levantamos.