(360Noticias) La hoy investigada Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) ha sido una herramienta clave en las estrategias de injerencia y desestabilización promovidas por Washington en distintas regiones del mundo. A través de financiamiento a ONGs, medios de comunicación y sectores políticos opositores, la USAID ha estado implicada en intentos de golpe de Estado en 18 países de América Latina, como también ligada al tráfico de drogas, donde se le acusa de sostener “el suministro mundial de heroína“, el 95 % de la cual procedía de Afganistán.
Aunque muchas organizaciones chilenas se presentan como neutrales y dedicadas a la “promoción de la democracia”, sus lazos con USAID las vinculan con la agenda de injerencia de Estados Unidos. En estos últimos años en el país, varias entidades han recibido financiamiento directo e indirecto de esta agencia, lo que plantea serias dudas sobre su independencia y objetivos reales.
La Fundación Espacio Público ligado al progresismo político chileno, si bien no tiene financiamiento directo de USAID, ha recibido aportes indirectos del Departamento de Estado de EE.UU. Entre 2019 y 2021, se le asignaron US$23.386 para el proyecto (Empoderando a mujeres) “Empowering women in STEM in Chile” .
La Pontificia Universidad Católica de Chile: Entre 2014 y 2017, obtuvo aproximadamente US$1.768.979 para el proyecto “Learning the value of education”.
Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales: (ADRA) Chile: En 2010, recibió US$1.304.666 para asistencia humanitaria y en 2017, US$500.000 para la atención de personas afectadas por incendios rurales.
Cáritas Chile: Entre 2022 y 2024, se le asignaron US$789.347 para un programa de gestión territorial y prevención de incendios forestales. Se registra un proyecto similar por US$400.000 entre 2024 y 2026.
Guarequena Gutiérrez: La investigación es muy probable que alcance a la cuestionada “embajadora” de Guaidó en Chile, (hoy Coordinadora del Centro de Atención Integral Universidad del Alba de Chile) en el año 2019 ya había sido investigada por pagos desde la Cancillería de Roberto Ampuero y bajo el gobierno de Sebastián Piñera, por concepto irregulares de honorarios.
América Latina
La USAID en países como Cuba, Venezuela, Bolivia, Brasil, México, Argentina, Perú, Nicaragua y Honduras, Ecuador, etc., la agencia ha financiado protestas, partidos opositores y agrupaciones políticas con el fin de debilitar a gobiernos que no se alinean con los intereses de Washington. En muchos casos, el financiamiento a ONGs y medios de comunicación ha sido clave para construir narrativas desestabilizadoras y justificar sanciones económicas o intervenciones políticas.
En América Latina el centro del escándalo se encuentran Juan Guaidó, Carlos Vecchio, Leopoldo López y su esposa Lilian Tintori, así como Julio Borges y una larga lista de opositores que han usufructuado estos fondos para llevar una vida de lujos a costa del dinero entregado por la USAID.
Entre las cifras que han salido a la luz destaca la cantidad de 116 millones de dólares que Carlos Vecchio recibió en su rol de “embajador” del gobierno autoproclamado de Guaidó en Washington. En total, se estima que Estados Unidos destinó 568 millones de dólares a organizaciones no gubernamentales, tanto dentro como fuera de Venezuela.
Uno de los casos más llamativos es el de Leopoldo López y su esposa Lilian Tintori, quienes habrían gastado cerca de 256 millones de dólares en su vida personal y familiar, desviando los fondos asignados por la USAID. Por su parte, Juan Guaidó y Julio Borges se habrían apropiado de 98 y 52 millones de dólares respectivamente, en un esquema de corrupción que desangró los recursos destinados teóricamente a la “democracia” en Venezuela.
Además, informes han revelado que la USAID destinó cientos de millones de dólares para financiar el cultivo de heroína en Afganistán y suministró provisiones a terroristas afiliados a Al Qaeda en Siria. Estas revelaciones han puesto en entredicho la verdadera naturaleza de la agencia y su supuesto compromiso con la “democracia y el desarrollo”. Mike Benz, exfuncionario del Departamento de Estado de EE.UU., afirmó en una reciente entrevista con el periodista Tucker Carlson que la USAID “básicamente” sostenía “el suministro mundial de heroína“, el 95 % de la cual procedía de Afganistán.