por Jorge Gálvez (Presidente Unión Bicentenaria de los Pueblos-Chile)
En medio de una tormenta de agresiones internacionales y con la sombra del imperialismo estadounidense siempre presente, Venezuela ha optado por una respuesta que desafía el sometimiento neocolonial de otros países: responde con más democracia, más participación popular, más poder para el Pueblo.
Desde las elecciones presidenciales del 28 de julio, el país ha sido blanco de una mega campaña de desestabilización. La respuesta del gobierno bolivariano ha sido abrir aún más las puertas a la participación del pueblo.
Estamos viviendo un proceso inédito, no solo en América Latina, sino en el mundo entero. Venezuela ha decidido implementar una forma de democracia directa que muchos envidiarían: elecciones populares convocadas cuatro veces al año en las comunidades, donde el pueblo tiene la última palabra en la selección de los proyectos que transformarán su entorno.
Este domingo 25 de agosto se llevará a cabo la Segunda Gran Consulta Popular de 2024, una elección sin precedentes en la cual los ciudadanos elegirán los proyectos comunitarios más necesarios y urgentes, que serán financiados directamente por el Gobierno. Estamos hablando de 4.505 circuitos comunales en todo el territorio nacional, cada uno decidiendo su futuro inmediato, sin intermediarios ni trabas burocráticas, solo con la voluntad popular al mando.
Las asambleas, que se desarrollaron desde el pasado 12 hasta el 18 de agosto, fueron un espacio de encuentro, discusión y decisión. Cada Consejo Comunal tuvo la oportunidad de postular hasta tres proyectos, los cuales fueron debatidos con pasión y compromiso en cada circuito. El Poder Popular organizado tendrá la responsabilidad de elegir siete proyectos comunitarios, que serán incorporados al Sistema de la Consulta Popular Nacional para finalmente ser votados este 25 de agosto.
El presidente Nicolás Maduro ha sido claro: “Estamos en un momento de ofensiva revolucionaria, en la construcción de la nueva democracia.” Y este proceso de consulta es el eje central de esa construcción. Sin interferencias de burócratas ni tecnócratas, la comunidad tiene la oportunidad, cuatro veces al año, de decidir directamente sobre su desarrollo. Es un ejercicio de poder que empodera al pueblo y solidifica la democracia desde las raíces.
Este domingo, a partir de las 8 de la mañana, miles de venezolanos acudirán a las urnas para seguir forjando un país que responde a la agresión externa no con armas, sino con más democracia, demostrando que la soberanía reside, irremediablemente, en el pueblo.