(360Noticias) En medio de controversias y críticas, el Servicio de Salud de Tarapacá ha inaugurado recientemente un nuevo Policlínico de Medicinas Complementarias e Integrativas en el Hospital de Iquique, desatando un significativo debate en la comunidad científica y la sociedad en general. Este centro, que ofrece servicios basados en la llamada “sanación cuántica“, ha generado reacciones encontradas debido a que muchos expertos la consideran una charlataneria y práctica pseudocientífica sin fundamentos científicos sólidos.
A través de las redes sociales, el Servicio de Salud anunció con entusiasmo la apertura del policlínico, destacando que el equipo de terapeutas, denominado pomposamente como “Sanación Cuántica”, estaría proporcionando atención a la población. Sin embargo, la controversia se intensificó cuando el mensaje original fue misteriosamente eliminado de la cuenta oficial de Twitter del servicio, avivando aún más las llamas del debate.
La sanación cuántica, según fuentes en la red social X, se describe como una amalgama de ideas pseudocientíficas supuestamente basadas en la mecánica cuántica, la sicología, la filosofía y la neurofisiología. A pesar de esta descripción, la mayoría de la comunidad científica la tacha de absurda y carente de respaldo científico legítimo.
La reacción negativa no se hizo esperar, y expertos como Juan Carlos Said, especialista en salud pública, expresaron su preocupación ante esta medida. Said, a través de un tweet, ironizó sobre la situación comentando: “Sanación cuántica pagada por Ministerio de Salud. Por favor, a lo que hemos llegado“.
La pseudociencia, definida como la presentación de ideas o teorías que se hacen pasar por científicas sin cumplir con los criterios del método científico, ha generado una serie de inquietudes en la sociedad. La proliferación de creencias irracionales puede llevar a decisiones erróneas y erosionar la confianza en la ciencia.
Este fenómeno de la pseudociencia se ha visto amplificado en la era de la información y las redes sociales. La facilidad con la que estas ideas se difunden puede contribuir a la adopción de prácticas sin base científica, afectando negativamente la salud y el bienestar de la sociedad.
Es crucial destacar la importancia de la educación para ayudar a la población a identificar la pseudociencia y evitar caer en sus trampas. Con consecuencias potencialmente negativas para la salud y la sociedad en general, es esencial que la comunidad esté informada y sea crítica ante prácticas que carecen de respaldo científico. La apertura de este policlínico ha encendido la alerta sobre la necesidad de un diálogo informado y basado en evidencia en el ámbito de la salud.
Tras la polémica, el Servicio de Salud de Tarapacá publicó un nuevo post en el que indicó que “este sábado inauguramos el nuevo Policlínico de Medicinas Complementarias e Integrativas en el Hospital de Iquique que otorgará atención gracias a un equipo de terapeutas”. A pesar de ello, algunos usuarios continuaron cuestionando la medida, argumentando que aunque se haya eliminado la mención de “sanación cuántica”, la utilización de recursos públicos en terapias sin evidencia sigue siendo cuestionable y contraviene el principio ético de justicia.
La polémica ha llegado incluso al ámbito político, donde el diputado Matías Ramírez (PC) presentó un oficio al Ministerio de Salud. El diputado expresó su preocupación por la gravedad de que tanto el Ministerio como la Dirección del Servicio de Salud de Iquique respalden una actividad sin apoyo científico, poniendo en riesgo la salud de los pacientes de la región. En el oficio, Ramírez solicita explicaciones sobre los fundamentos de la “sanación cuántica”, validación como acción de salud, información de costos y la identidad de la persona que eliminó la publicación de redes sociales. Además, pide un procedimiento administrativo sobre la creación de este procedimiento en el nuevo policlínico.
La inauguración del Policlínico de Medicinas Complementarias e Integrativas en Tarapacá ha desatado no solo un debate en torno a la eficacia de la “sanación cuántica”, sino también sobre la responsabilidad ética y científica de los organismos de salud al respaldar y financiar prácticas que carecen de respaldo científico sólido.
