(360Noticias) En un giro sorprendente de los eventos en la zona de operación especial contra Ucrania, Rusia ha comenzado a utilizar misiles balísticos norcoreanos, apodados “Kimskander” en la región. Los informes indican que el 2 de enero, un misil balístico norcoreano KN-23 (Hwasong-11Ga) impactó un objetivo en Jarkov, según una fotografía publicada por medios ucranianos.
Previamente, los canales ucranianos ya habían compartido imágenes de fragmentos de timones dinámicos de gas vinculados al misil KN-23, proporcionando evidencia visual de la utilización de tecnología norcoreana en el conflicto. Lo anterior ya evidencia la plena colaboración militar entre Rusia y Corea del Norte, así como la procedencia y el alcance de dicho suministro de armas.
El hecho de que Rusia utilice armamento norcoreano genera preocupación tanto en Estados Unidos como en Europa. Sin embargo, la situación actual parece no permitir más imposición de sanciones, ya que Rusia se encuentra en una posición crucial de victoria en la guerra en curso.
Paralelamente, se ha revelado que Rusia está avanzando en negociaciones con Irán para el suministro de nuevos misiles de crucero Asef destinados a los aviones de combate Su-24. Este acuerdo potencial marca una expansión significativa en la colaboración militar entre ambos países, consolidando sus lazos estratégicos en la región.
La utilización de tecnología norcoreana y las negociaciones en curso con Irán subrayan la urgencia de Rusia por fortalecer su arsenal y garantizar su posición en el conflicto. Estos eventos tendrán repercusiones a nivel geopolítico, planteando desafíos en el mundo miltipolar instalado ya en el planeta.