Reproducimos la emocionante despedida a Maradona de la cantante chilena y feminista Anita Tijoux.
Hola a todes:
He pensado mucho en como tejer estas palabras. Soy lejos de ser una máquina, solo mujer eje de mis canciones y contradicciones.
Disculpo lo extenso de este texto que vendrá a continuación en una era donde el titular vale más que la profundidad. A quienes lo lean hasta el final se agradecerá.
Se me pide inmediatez, respuesta rápida, porque todo es rápido y todo es efímero… Pero sentir tiene velocidad propia. Siento no ir con la inmediatez de estas redes pero prefiero ir con bpm propio.
Empezare para contextualizar con su permiso.
Mi nombre es Anamaria todo junto. Este nombre me lo puso mi padre Roberto. Roberto Merino. No tenemos el mismo apellido pero tenemos la misma convicción y nuestra convicción es más grande que la sangre. Es mi viejo, mi papa, papá que me eligió y que yo elegí. Nunca tuve el apellido de mi padre biológico y acá me permito decirlo por tanto cahuín que aman tanto en estas mismas redes.
Llevo el nombre de mi madre. Madre que amo sobre todas las cosas. Soy parte de ella y ella es parte de mi. Mi padre, mi papa, mi papiyo que ha sido más que un padre, porque la sangre acá papá es mínima ante todo lo que me enseñaste.
Esto lo sabemos tú y yo en nuestra intimidad y cofradía. Formador de enseñanzas, mi referente y mil cosas que ni cabrían en este texto. Es un hombre, lleno de también contradicciones y enseñanzas. Me regalo mi primer libro» Las venas abiertas de América Latina» mientras sonaba Pablo y Silvio. Me contaste y criaste. Soy parte de ti y tu parte de mí.
Negarlo? Jamás. Me regalaste mi primer vinilo de Buarque, nos hemos emocionado con Piazzola, y gritamos con Maradona. Grite con garra amplia cada gol, porque me emocione con tu forma de jugar. Bailabas…. Como nadie con la pelota. Nunca ame las estatuas. Porque las odio. Soy atea por cierto… Lloré tu partida y quería abrazar mi papa.
Por ese jugador de barrio, un pibe, orgulloso de serlo, de clase, levantándose contra todos ante los focos del mundo, hablando de Palestina cuando nadie lo hacía, por las abuelas de plaza de mayo, junto a Mercedes Sosa… Eso fue Maradona para mí. Parte de mi crianza en los 80′.